ch. 003

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CHAPTER THREE

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CHAPTER THREE






















Eireene suspiró levemente, estaba leyendo el Arte de los Poemas, sentada con su espalda sobre el lomo de Kaltain mientras ella mantenía su vista en la nada y la joven leía en voz alta. Trabajando con su pronunciación de Valyrio, porque todos éstos textos estaban escritos en su lengua materna.

─Oh, escucha esto, Kaltain ─musitó, para comenzar a releer el texto que llamó toda su atención─. Conocer tu poder es lo que crea humildad. No conocer tu poder es lo que crea inseguridad.

Mientras oía el pequeño rugir de la dragona, Eireene analizó las palabras que leía con mucha atención. Se preguntó si aquello sería realmente cierto y que llegaría a pensar su padre, siendo el Rey y gobernador de Siete Reinos, al respecto.

─¿Consideras que pueda ser verídico? ¿Conocer tu poder es en parte lo que te hará humilde? ─musitó mientras dejaba de observar el libro para ver a la dragona─. ¿Es lo que te hará comprender que eres tan normal como los de Flea Bottom, solo que tienes un poco de control sobre un millar de hombres? ─volvió a preguntar, la dragón solamente movió su cabeza, Eireene suspiró, no había modo alguno de responder aquello cuando carecía de información y desconocía todo sobre el mundo. De algo era consciente, de su poder, de su estatus como Princesa de King's Landing, cuarto vástago del Rey, futura esposa de su hermano Aemond y jinete del imponente dragón Kaltain. Esas cosas que comprendía, eran las que aprendió con el paso del tiempo, pero ninguno de esos que le enseñaban, hablaban sobre la humildad que debía mantener sobre el pueblo─. Es un poco decepcionante que no me puedas responder con toda honestidad ─dijo, riéndose por sus propias palabras.

─¡'Reene! ─la voz de Aemond llegó a sus oídos, la joven cerró el libro y se puso de pie, su hermano se acercaba a ambas mientras intentaba que no se percate de que estaba buscándola a las corridas desde hacía algún tiempo y nunca se puso a pensar que ahora su hermana pequeña se la pasaba todo el tiempo junto a la dragona.

─¡Hermano! ─musitó sonriente, caminando hacia él para darle un largo abrazo. Aemond rió un poco, sintiendo la mirada de la dragona sobre él e intentó no sentir que sería rostizado si se movía de forma impudente o, a su percepción, peligrosa.

─'Reene te hemos pedido que no huyas de tus espadas ─le recordó, la niña suspiró un poco.

─Ha sido sin querer ─musitó, encogida de hombros─, además, a ellos no les gusta quedarse tan cerca de Kaltain porque creen que ella los comerá. Pero es obvio que no le gusta el aroma que ambos desprenden, siempre pone una expresión de disgusto.

Aemond suspiró mientras terminaba de escuchar el pablarerío de la menor. Acabó por reír negando.

─Siempre huyes para leer. ¿Te molesta la comodidad de nuestra biblioteca?

dark paradise.    aemond targaryen.Where stories live. Discover now