ch. 015

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CHAPTER FIFTEEN



















Cuando Eireene regresó a sus aposentos, debió detener sus pasos en la puerta y tragar saliva para poder superar la cantidad de nervios que sentía. No sabía cómo afrontaría a Aemond, o a su abuelo, quién había sido desplazado de su posición para ubicarse ella.

Suplantado por una mujer mucho más joven que él, seguro será la razón por la que se generen rumores y burlas. A Eireene le provocaba dolores de cabeza con sólo pensar en eso.

Al dejar escapar un largo suspiro, Eireene abrió la puerta y halló a Aemond de espaldas a ella, leyendo un libro atentamente. La joven mojó su labio inferior, intentando recuperar la seguridad propia de ella e ir a afrontar las nuevas noticias.

─¿'Emond?

El peli-plata dejó el libro al haber oído su llamado e ingreso, al girar en su dirección, se levantó de su cómodo asiento de madera, alzó su mirada y su único ojo fue hacia los dos orbes de ella por un instante, para luego poner su ojo en el broche sobre su vestido.

─Mhm ─musitó─. No nos iremos pronto.

Eireene soltó un corto suspiro mientras se acercaba a él y realizaba una reverencia de noventa grados, Aemond la observó confundido para luego comenzar a oír como su esposa soltaba un sinfín de disculpas por haberlo retenido en King's Landing pese a que él no deseaba permanecer ahí.

─Lo lamento tanto, 'Emond ─musitó ella, sin perder su postura en la reverencia. Aemond, se acercó a ella, para poder tomarla de los brazos y enderezarla─. Jamás pasó por mi cabeza que fuera a pedirme ésto. No me ha permitido pensarlo, ni escoger si deseaba hacerlo o no. Padre...

La joven suspiró brevemente, Aemond permaneció con un semblante sereno mientras se percataba de la expresión de su amada esposa. Eireene no parecía particularmente contenta con la situación en la que se veía envuelta, tampoco percibía que fuera a ser posible que ella rechace una orden directa de su padre ─y Rey. Ella no huía de lo que se le presentaba, les hacía frente por más difíciles fueran. Esta vez, sentía que era una carga muy grande la que se hallaba sobre ella.

En un intento por calmar los pensamientos que debían estar arrasando en la mente de Eireene, Aemond colocó sus manos sobre las mejillas pálidas de la joven, no le fue complicado adivinar que ella se estaba conteniendo de llorar y pedir que le quiten esa responsabilidad de encima. Era una presión en su pecho que apenas conseguía dejarla respirar. Él comenzó a compartir ese mismo sentimiento y le pareció muy odioso.

─¿Quieres que hable con él?

─¿Crees que cambiará algo? ─le preguntó ella. Aemond hizo una mueca.

dark paradise.    aemond targaryen.Where stories live. Discover now