ch. 005

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CHAPTER FIVE

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CHAPTER FIVE
















A Eireene le parecía casi sorprendente cuán acostumbrados estaban dentro de Dragonstone a los dragones.

Si en King's Landing ya era algo normal, pan de cada día, verlos en los cielos de vez en cuando, allí en Dragonstone la gente podría pasar al lado de los dragones en las costas y estos ni voltearían a verlos, incluso, Kaltain gruñó levemente unas cuantas veces hacia unos críos, quiénes acabaron dándole unos cuantos pescados que cazaron para que la dragona los tenga en su corazón. Eireene comprobó que por la comida, hasta los dragones se ablandan.

Con cada día que pasaba, le gustaba mucho Dragonstone y lo que representaba, le gustaba pensar en lo cómodo que era estar rodeada por personas como ellas, que preguntaban por cómo se encontraba, qué necesitaba y la trataban como a una conocida, más que a una princesa. Eireene estaba acostumbrada a los tratos formales, pero por cómo ellos se desenvolvían alrededor de su hermana y sobrinos, se sintió mucho más cómoda con esa gente.

Cuando ella arrivó, esa misma noche Rhaenyra le informó que estaba esperando su tercer hijo, y fue entonces cuando la joven se dió cuenta del enorme estómago que tenía, en esa misma noche, la invadió con un sinfín de preguntas sobre cómo las mujeres quedan embarazadas, porque su nodriza le dijo que era a través de un pájaro que traía a los niños dentro de una pañoleta. A Eireene le pareció absurdo y la princesa jamás consideró tener esa charla, pero ahí estuvo, intentando ser coherente cuando su propia lengua se trababa constantemente. Aún así, la menor entendió ─o eso dijo al menos.

Su hermana mayor sí la ayudaba constantemente con temas políticos, sociológicos e incluso sobre el arte de la guerra. Era agotador tener que aprender tanto con la edad que tenía, pero su media hermana consideraba que era más que capaz de lograrlo, y aunque no le gustaba mucho, se lo tomaba como una meta para cada día que pasaba. Además que detestaba pensar en que podrían dudar de ella y su inteligencia, así que, iba a demostrarles a todos cuán capaz era aún siendo mejor.

Así, sucedieron diez lunas y las cartas de su madre y Aemond no dejaban de llegar todos los días, pidiéndole que regrese lo más pronto posible. Los comenzó a extrañar durante su sexto día dentro de Dragonstone, empezaba a añorar la compañía de Aemond, la molestia que sentía alrededor de Aegon, y la actitud tan extraña pero calma de su hermana mayor, Helaena.

Con un suspiro volvió a retomar su lectura, esta vez, intentando entender más sobre los ingresos de la corona, dándose cuenta de que su padre se daba bastantes lujos gracias a que permanecían en paz, pero si continuaba de aquel modo, dejaría una enorme huella que podría ser bastante molesta para un próximo gobernante. Empezaba a dolerle la cabeza.

─Deberías descansar ─alguien detrás de ella dijo. El hijo mayor de Rhaenyra, Jace, había sido quién habló. Eireene giró su cabeza para verlo y le sonrió de forma amable.

dark paradise.    aemond targaryen.Where stories live. Discover now