ch. 020

1K 153 75
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.





CHAPTER TWENTY













Antes de que el sol apareciera, Eireene había despertado tras sentir una molestia en su estómago, lo que la obligó a encorvarse y expulsar lo que sea que estuviera causándole algún malestar. Con una mueca de disgusto, limpió sus labios mientras agradecía mentalmente que el balde de agua se encontrara al lado de su cama.

Aemond despertó de inmediato al oírla, poniéndose de pie de un salto en la cama y acercándose a ella para despejar su rostro al sujetar su cabello.

─¿Quieres que vaya en busca del Maestre? ¿Quieres que busque algún té o un poco de agua?

Eireene negó mientras se acomodaba mejor para poder observarlo.

─Estoy bien.

─Despertar así no es estar bien ─le dijo, viéndola con preocupación.

─Quizá solo es emoción porque por fin dejaremos la Fortaleza Roja ─musitó ella, sonriéndole levemente.

Aemond suspiró, dudaba demasiado que esa fuera la verdad. Lo que lo hacía sentirse aún más sospechoso de los verdaderos motivos sobre por qué Eireene se encontraba nauseabunda. Ella le mostró una sonrisa, con intención de calmar la cabeza de su Señor, que debía ir a mil pensamientos negativos por segundo.

─De todas maneras, iré a buscar algo para que tomes. Te hará sentir mejor.

Al saber que no habría modo alguno de convencerlo de quedarse quieto y junto a ella, acabó por asentir con su cabeza mientras él se acercaba para depositar un largo beso sobre su frente. Se alejó, para poder vestirse rápidamente con las primeras prendas que alcanzó, y de este modo, abandonó los aposentos que compartía con su Señora para finalmente buscar una taza de té.

Un suspiro dejó los labios de Eireene, poniéndose de pie para encaminarse hacia la ventana e inhalar el aire fresco de una mañana que apenas iba comenzando. El cielo aún estaba oscuro, más, ninguna estrella era visible. Colocó una mano sobre su estómago, comenzando a cuestionarse si podría estar esperando un niño; no le sorprendería, habían estado demasiado activos en los últimos meses, y a Aemond sí le interesaba la idea de otro hijo.

El aire que acarició su rostro logró tranquilizarla, alzó la mirada hacia las calles de la Fortaleza y se percató del silencio abismal, podría jurar que no había nadie despierto aún, y eso le parecía sorprendente. Usualmente, las actividades de la Capital iniciaban antes de que el sol saliera.

─¿'Reene?

Eireene volteó su cabeza y se encontró con Aemond, él llevaba la taza de té en sus manos, mientras la joven abandonaba su posición en la ventana, se encaminó hacia él para poder mostrarle una apenas visible sonrisa.

dark paradise.    aemond targaryen.Where stories live. Discover now