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Si Wattpad te trajo aquí primero, subí un cap antes que este. ❤
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En ese momento de la noche todos estábamos pasados de copas, y de verdad la estaba pasando de maravilla. Sin embargo, la felicidad dura poco; Tiana comenzó a vomitar en todas partes. Y yo podía ser una hija de puta, pero no tanto como para ver a la chica que me animaba ser un desastre y no ayudarla. Así que convencí a Tiago de que nos fuéramos.

Tengo que admitir que cuando vi que Tialess se quedó en el evento sentí un gran alivio. Después de lo que pasó hace un rato me quedé muy pensativa. ¿Y si Tialess era Él? Pude recordar que aquella noche en la discoteca alguien me envió dos bebidas: un mojito y una cerveza, debajo de esta había una servilleta que decía algo referente a que el ron me había caído mal. Luego cuando Tiana me contó lo que supuestamente había pasado esa noche, mencionó que estuvo con Tialess en La ciudad del Este.

Si era él, ¿cuál era la razón por la que hacía esto? No lo había visto en mi vida, no tenía ni la más mínima idea del porqué. Pero ahora que lo pensaba, Tiago y su familia habían entrado en mi vida de una manera extraña. Tiago fue la persona correcta en el momento exacto, justo como pasó con Yass. Me convenció de quedarme en su casa, que iba a ayudarme, sin embargo sabe todo lo que se me oculta y jamás ha dicho algo. Fue a Serfol a estar solo, pero son más las veces que su familia ha estado de las que no.

Y aunque no quería pensarlo, sentía que Tiago también era parte de toda esa mierda. Respiré profundo y me ordené alejar todos esos pensamientos. Esa noche era especialmente para relajarme, dejar ir todos mis problemas y pasarla bien. En ese momento no me importaba si Tiago era el enemigo, de igual forma me lo iba a follar.

—La llevaré adentro. —Nos avisó Engel ayudando a una muy borracha Tiana a abrir la puerta.

La castaña batallaba por mantenerse en pie mientras aguardaba que el rubio terminara de abrir la cerradura.

Tiago hizo una mueca antes de abrir nuestra puerta. Entré de inmediato y lo escuché cerrar detrás de mí. El lugar estaba igual que la última vez, era realmente acogedor.

—Quiero bailar —le dije mientras me dejaba caer en el sofá.

Me sentía eufórica y lo único que rondaba por mi mente era la manera de incrementar esa emoción.

Apoyé mi cabeza del espaldar y cerré mis ojos por unos segundos, sentí cómo si me hubiera transportado al evento. Podía sentir la música recorriendo mi piel mientras dejaba todo en la pista de baile. La verdad era que lo había disfrutado.

Cuando abrí los ojos me quedé sorprendida al ver a Tiago sin camisa ni pantalones. Me observaba con esa sonrisita traviesa que tanto me gustaba. No supe de dónde venía la música, pero la canción era sumamente sensual y se escuchaba por toda la habitación.

Tiago me extendió la mano, no dudé en aceptarla y en segundos estaba pegada a él, con mis manos en su cuello y su boca cerquita de la mía. 

—¿Quieres bailar o me quieres bailar? Específica, dulzura, porque esa música me está poniendo a imaginar...

Puse un dedo sobre sus labios y siseé para que se mantuviera en silencio. Él me miró confundido, pero cuando me giré de espaldas y comencé a mover mis caderas al son de la música su respuesta fue un jadeo.

—Muy bien, esto me gusta —soltó moviéndose a mi ritmo, sus manos sontenian levemente mi cintura y esa simple caricia causaba estragos en mi entrepierna.

El misterio que me persigue ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora