( 🪐 ) ▬ carl grimes & female oc
𝐑𝐈𝐃𝐄 𝐨𝐫 𝐃𝐈𝐄: Expresión para cualquier
amigo, miembro de la familia o pareja
romántica que siempre estará a tu lado,
que irá o morirá contigo hasta el final.
❪ 𝑻𝒉𝒆 𝑾𝒂𝒍𝒌𝒊𝒏𝒈 𝑫𝒆𝒂𝒅 𝒇𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒕𝒊�...
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El invierno llegó, el frío inundaba toda Alexandria y el ambiente no era el mismo desde lo que pasó en la feria. Mi hogar sinceramente ya no se sentía como uno, Henry hace falta en nuestras vidas pero hay que aceptar que ya no está, aunque duela. Si fuera por Carl y por mí, nos hubiéramos quedado estancados, sobrellevando el duelo por la pérdida de nuestro hijo, sin embargo nos tenemos que levantar por nuestros dos hijos que nos necesitan, por Alexandria, y por nuestras familias. Ellos fueron nuestros pilates para seguir avanzando.
Miré por la ventana con preocupación pues la nieve comenzaba a caer con más fuerza haciendo que la temperatura bajase haciendo el frío insoportable. Ese frío que aunque tuvieras veinte abrigos encima aún sigue calando los huesos.
—Las cosechas están muertas. El frío las quemó y se perdió gran parte de la comida. Si no morimos de hipotermia, moriremos de hambre —la voz preocupada de mi esposo hizo darme vuelta y caminar hacia él, para sentarme a su lado. Mi Carl me abrazó por los hombros a lo que yo recargué mi cabeza en su pecho —. Espero que en la primavera se recuperen todas esas pérdidas.
Mis dedos trazaban pequeños círculos en sus muslos mientras que mi mirada permanecía fija en mis hijos quiénes dormían a lado de la chimenea para mantener el calor en sus pequeños cuerpos. Alcé mi mirada hacia mi esposo para acercarme a besar sus finos labios con cariño. —Van a hacerlo. Si la cosecha tarda más de lo debido podremos hacer un trato con Oceanside, estoy segura que ellas nos apoyaran.
Una mueca se formó en sus labios e iba a hablar pero el llanto de Glenn lo interrumpió, él se separó de mí para acercarse a nuestro niño para tomarlo entre brazos y volverse a sentar en el sofá junto a mí. A los pocos segundos Max se encontraba en mis piernas, abrazada a mí mientras temblaba por el frío. Mi ojiazul me miró con preocupación al ver como la temperatura de nuestro bebé bajó demasiado al punto que su piel comenzaba a teñirse de un tono azulado.
La chimenea de nuestra casa ya no calentaba lo suficiente para mantener a nuestros hijos y a nosotros a salvo.
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