Capítulo 9

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Al día siguiente madre e hijas se dirigieron a la casa o mejor dicho mansión ubicada en la colina donde vivían la marquesa Freezes junto a su hija Rita y nietas.

El camino fue bastante aburrido y silencioso para las tres. Ninguna había sacado un tema de conversación, el ambiente era tranquilo y silencioso.

Cosa que extraño a Sofía y Yineth esperaban a que Nisbeth se estuviera quejando del silencio que había en cambio estaba callada como una estatua mirando el paisaje a través de la ventana.

Aunque era mejor así para Sofía tener que escuchar las quejas de su hija le resultaba bastante molesto.

En cambio para Yineth era normal a diferencia de su madre que al escuchar las quejas de Nisbeth se molestaba Yineth lo tomaba con calma y se aseguraba de hacer que su hermana estuviera feliz.

Ese era su deber como su hermana, su sombra y su otra mitad.

Finalmente después de una hora, llegaron a la mansión Freezes la cual era bastante pequeña al menos para los estándares normales de la nobleza pues solo tenía dos pisos y no había muchos sirvientes a lo mucho solo había 50 en total.

Era extraño teniendo en cuenta que la marquesa tenía una gran fortuna que le dejo su difunto esposo. Pero aún así no estaba nada mal, ya que después del fallecimiento de su esposo la marquesa se sintió muy deprimida, sin querer ver a mucha gente por lo que recortó el personal y se mudó a la isla propiedad de los Freezes para no estar en contacto con nadie.

Lo cual sorprendió a mucha gente de la alta sociedad, antes de la muerte de su esposo Margarita Freezes era conocida como la mujer noble más extrovertida y carismática en toda la nobleza bastaba con hablar con ella un rato para llevarse bien.

Pero como siempre la muerte de un ser querido cambia a la gente.

En cuanto llegaron a las puertas que bloqueaban el paso a la mansión estás que tenían piedras preciosas incrustadas brillaron como si escaneara el carruaje. En cuanto dejaron de brillar las puertas se abrieron dando a paso al carruaje para entrar a los terrenos de la residencia donde vivía la marquesa.

En cuanto el carruaje se paró en la entrada nadie los recibió, aunque bueno Sofía no había mandado ningún aviso de que venía así que era normal no ver a nadie ahí.

De hecho Nisbeth se dio cuenta que ni siquiera había guardias en la entrada, no recordaba del todo bien el porque no había aunque bueno no era su casa así que no era su problema.

-salgamos niñas al parecer mi querida hermana no se dio cuenta que veníamos hoy-dijo Sofía con algo de fastidio sobre todo cuando dijo la palabra 'querida'.

La relación entre Sofía con sus hermanas Rita y Rosalía no era la mejor sobre todo con la primera es decir Rita. Teniendo en cuenta que desde jóvenes las tres fueron fueron comparadas en todo era normal que surgiera alguna rivalidad entre las tres no solo en habilidades sino en apariencia física sobre todo en los ojos característicos de la familia.

Si bien las tres tenían una gran belleza eso no significaba que Sofía no sintiera celos de sus hermanas bueno mejor dicho de su hermana Rita ya que Rosalía no nació con los ojos morados en cambio los suyos eran Verdes. Sobre todo teniendo en cuenta que Rita tuvo un matrimonio próspero muy diferente al suyo mientras que su hermana Rosalía si bien acababa de casarse recientemente y planeaba abandonar el puesto de marquesa su matrimonio seguía siendo bastante mejor en comparación al suyo con Arturo.

De no ser porque Rita se divorcio de su esposo los celos de Sofía por el éxito de sus hermanas hubiera subido de nivel.

Sofía tocó la puerta tres veces esperando a que alguien le abriera. Por suerte le abrieron y quién le abrió no fue una criada sino Evelyn Freezes.

¡La Villana no se arrepiente de nada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora