¡La Villana no se arrepiente de nada!

Capítulo 19

Rita era una mujer alegre, jovial, chismosa pero algo desagradable para varios desde su juventud se caracterizó por su jovialidad cosa que sus demás hermanos no demostraban.

Rosalía destacaba por su elegancia y seriedad, Garold por su arrogancia, Gareth por su timidez y Sofía por su malcriadez.

Ninguno de ellos sabía usar del todo bien la llamada 'mascara noble' bueno mejor dicho sólo ella y Rosalía sabían usarla sus demás hermanos no lo hacían de buena manera.

La máscara noble, era lo que se necesitaba para encajar en la sociedad. Esta requería una sonrisa encantadora envolvente para los demás, una apariencia impecable y un estatus de buen nivel junto a una personalidad alegre pero inteligente haría destacar a la o a el noble que la usará.

Los nobles la usaban constantemente pero no muchos sabían cómo usarla.

Desde joven Rita la uso pero no con mucha frecuencia no fue hasta la muerte de su hermano que la máscara se multiplicó y con ello una gran culpa junto al dolor crecieron en ella.

La culpa de haber confiado en Eduardo, de haber pensado en que quizás si lo obedecía la reputación de los Freezes seguiría en pie pero se equivocó pues la presencia de su ahora ex-esposo no solo amenazaba la reputación de su familia también la vida de cada integrante de la misma.

El interés de Eduardo por los ojos de la familia haría que descubriera las habilidades de los integrantes que los poseían lo que hacía que los Freezes estuvieran en peligro de ser castigados por ocultar sus dones.

O mejor dicho ya lo estaban pues Eduardo ya lo había descubierto todo y ella ahora estaba en el suelo herida, sintiéndose completamente inútil.

Si tan solo pudiera...

Miles de preguntas Inundaron la mente de Nisbeth pero no tenía tiempo para pensar en la respuesta de cada una de ellas debía huir si no lo hacía era posible que muriera o sus ojos ya no estuvieran en su lugar.

-(Maldición no esperaba este giro de los acontecimientos)- El miedo la estaba comiendo la llamada hija de la maldad y bruja estaba siendo devorada por el terror haciendo que aquella arrogancia que siempre desprendía fuera reemplazada por miedo.

Como si se tratara de una niña y no de alguien que volvió al pasado pero era normal, todos los seres humanos sentían miedo sin importar cuánta madurez alcanzen el miedo seguiría formando parte de sus vidas.

Ese miedo no solo era el miedo a la muerte y a perder sus ojos también temía lo que pasaría en el futuro, si en verdad Eduardo la vio entonces significaba que quizás moriría más temprano de lo previsto cosa que no se suponía que debía ser.

¿Acaso cada cambio que estaba haciendo estaba influyendo para mal? Pues si era así entonces debía pensar en un nuevo plan de emergencia uno que no requiriera sacrificar a su hermana.

Como aquella vez.

Al recordar eso negó con la cabeza, no podía dejar que ese recuerdo la atormentara por más tiempo.

Pero esos pensamientos fueron interrumpidos cuando finalmente llegó al final del camino- ¡Yineth abre!- Grito e inmediatamente su hermana abrió el cuadro- Debemos ir adónde la abuela rápido- Normalmente Nisbeth sería muy orgullosa como para pedirle ayuda a esa anciana pero la situación lo ameritaba.

Sin perder el tiempo las gemelas se dirigieron a la oficina de su abuela les daba igual si iban corriendo rápido dejando de lado sus modales debían advertirle a su abuela del peligro que era Eduardo- ¡Abuela abre la puerta!- Tocó la puerta de la oficina de su abuela muchas veces pero la anciana no le abrió-¿¡Por qué diablos no abre!?- preguntó llena de enojo.