¡La Villana no se arrepiente de nada!

Capítulo 12

En el pueblo ubicado en la isla de Kratha la gente se movía de aquí a allá, los niños jugaban y los vendedores atendían a sus clientes todo estaba en orden.

Hasta que un lujoso carruaje apareció por las calles. Las personas se hicieron a un lado dejando pasar a aquel lujoso carruaje pero no era un carruaje de la nobleza cualquiera era un carruaje de los Freezes esto se sabía gracias al símbolo que tenía.

El símbolo de la familia Freezes era una amatista rodeada de cadenas esto por supuesto representaba el color de ojos y la habilidad de Sonia I aunque esto último no era sabido públicamente por lo que la gente pensaba que se trataba de alguna decisión estética.

Las personas al ver el carruaje comenzaron a susurrar entre ellas era bien sabido lo que pasó con Raúl Freezes, había muchas personas curiosas para saber más del asunto hasta ahora lo único que se sabía era que la octava princesa Nisbeth había sido golpeada por su primo y que enfermo gravemente.

Fue entonces que el carruaje se detuvo frente a una tienda la gente por supuesto se dirigió a allí curiosos por saber cuál Freezes era y si los dioses querían poder entablar conversación con el/ella.

Del carruaje salió una hermosa mujer de cabello castaño color caramelo y hermosos ojos morados característicos de la familia Freezes, la mujer era Rita Freezes. Hubo muchas personas que la reconocieron por no decir todo el pueblo.

Pues como no conocer el rumor sobre su divorcio lo cual sorprendió a todos tanto a nobles como plebeyos.

Rita había estado casada con el duque Blanc un pariente lejano de la familia Le Blanche familia de la que provenía la primera emperatriz Morgana Amery le Blanche. El motivo del matrimonio de Rita fue únicamente para hacer conexiones con esa familia y tener una relación amena.

Al menos eso se creía en la superficie pues el verdadero motivo de su matrimonio fue distinto a lo que creía la gente.

El lugar donde el carruaje se detuvo era una tienda o para ser más específicos una pastelería, si había algo que Rita amaba eran los pasteles sobre todo los pasteles de su pastelería favorita a la que iba desde que ella era niña.

De hecho el amor por los dulces de Nisbeth surgió gracias a Rita quien cada que la veía les traía muchos dulces de la pastelería sobre todo el chocolate blanco que parecía ser el favorito de Nisbeth y no solo de ella sino también de Yineth.

Esto último era una sorpresa teniendo en cuenta que Yineth no tenía un gran amor por los dulces como su hermana.

Rita ignorando a la multitud entró a la pastelería como si nada era algo a lo que estaba acostumbrada desde hace años. Como miembro de la familia Freezes era normal recibir la atención de la gente ya sean nobles o plebeyos todos tenían curiosidad por tal enigmática familia que era diferente a otras familias aristocráticas.

Mientras que de las demás familias nobles se sabía mucho por los rumores que circulaban, de los Freezes era diferente ellos no tendían a revelar información por supuesto todas las familias nobles por más perfecta que quisieran verse tenían secretos algunos que han salido a la luz y otros que se han ido a la tumba.

Al entrar a la pastelería un hombre de cabello negro azabache, ojos marrones que aparentaba unos 30 años la recibió.

-¡Rita cuanto tiempo! ¿Como has estado?.

-he estado bien Eugenio, ya sabes lo de siempre por cierto te tengo un buen chisme que querrás escuchar a menos que estés ocupado.

-¿Un chisme? ¡Por supuesto que quiero escucharlo! Hoy no tengo mucho trabajo ya que mis hermanos se encargarán de todo, así que vayamos a la terraza a beber té y galletas de chocolate.