Capitulo 3

132 23 116
                                    

«Cuando haya terminado mis actos diabólicos el mismo diablo me alabará»

اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.

«Cuando haya terminado mis actos diabólicos el mismo diablo me alabará»

-Jack el destripador

La puerta de madera frente a mí se me hacía extraña, rara vez entraba a la habitación de mi madre. Digamos que, ella tenía un gran sentido de lo que era la privacidad.

Caminé un par de pasos hacia ella, cerciorándome de que nadie me viera, pues no quería levantar sospechas.

Para mi buena suerte, la puerta se encontraba abierta. Presioné un poco el pomo y se abrió completamente, dejando ver una habitación de película.

En ella se encontraba una cómoda cama matrimonial, un closet mediano, dos mesitas de noche con unas lámparas y gavetas, el escritorio donde solía trabajar mi padre, y finalmente un sofá individual color chocolate.

Aparentemente, era una habitación normal, no era nada de lo que mi retorcida mente había imaginado, nada de drogas, ni tampoco armas, toda la habitación era típica, como lo tenía que ser una habitación de matrimonio.

Recordé a lo que había venido, contando que tenía el tiempo medido, pues mi madre debería de estar al llegar.

Mi primera idea fue revisar debajo del colchón, pero mi cuerpito de pollo no podía con él. Así que, esa idea la descarté.

Las gavetas deberían ser una buena opción. Me dirigí apresuradamente a la mesita de noche, y abrí las gavetas. Eran dos. La primera no tenía absolutamente nada, salvo cheques, y antiguas fotos. La segunda me llamó un poco más la atención, este tenía más... Papeles.

Recetas de medicamentos de mi abuela, en las que no se asomaba ni una pista. Seguí revolcando hasta hallar algo, y finalmente lo hallé.

Mi acta de nacimiento, junto a otro papel de recetas de mi abuela, en donde claramente habían puntos que coincidían. Suena raro, ¿No?. Pues eso era lo que pasaba.

Decir que quedé en shock habría sido poco, estaba tratando de procesar toda esta información que no entendía. Quedé tan hipnotizada que no me había dado cuenta que el dichoso papel volaba por los aires, saliendo por la ventana.

Salté por la ventana cuya loca tratando de escapar de un manicomio y seguí al papel, corriendo cada vez más rápido.

No supe a dónde me encaminaba hasta caer abruptamente y ridículamente al suelo, sofocada por mi falta de ejercicio.

Caí de rodillas, llenando mis tenis de lodo, debido a la lluvia de los días anteriores a este. Mis codos estaban raspados y tenía ligeros rasguños en la mano. Además de eso, lo ridículo era que tenía a un acompañante justo delante de mí, a un estúpido que en vez de ayudarme, estallaba en carcajadas.

-Esto debería de ser digno de una foto. - afirmó y al instante reconocí aquella voz ronca que me encantaba. Como tonta, mis mejillas empezaron a arder, como mismo deberían de estar mi cuello y mis orejas. ¿Por qué me sonrojaba si nunca habíamos hablado?.

El Rostro Humano de Lucifer ©حيث تعيش القصص. اكتشف الآن