CAPÍTULO 1

2.5K 105 133
                                    

Summer

Arrugo el papel húmedo en mi mano haciendo fuerza con los dedos mientras sigo caminando.

La lluvia es demasiado fuerte, es ahora cuando me arrepiento de no haber tomado el auto, pero me apetecía caminar.

Las calles están completamente desiertas. Mire hacia donde mire todo está oscuro y en silencio. Lo único que me acompaña es el sonido chispeante de las gotas rompiendo contra el suelo.

No debo estar muy lejos por lo que veo, así que me apresuro cubriéndome con la chaqueta para resguardarme del frío.

Me pregunto porque decidí hacer esto en medio de la noche... supongo que quería estirar este momento lo más posible.

¿Por qué mi padre me pidió justamente que haga esto? ¿Por qué en la única carta que dejó para mí me pide que busque a la última persona que quiero encontrar? ¿Por qué especificó que pasaran exactamente cuatro años después de su muerte para hacer esto? ¿Y por qué yo estoy obedeciendo al difunto de mi padre?

Ya debería haber superado su muerte o, mejor dicho, asesinato. Está claro que mi padre sabía que es lo que iba a ocurrirle y, sin embargo, no intentó impedirlo. He estado volviéndome loca todos estos años, porque siento que hay piezas perdidas en todo esto, piezas importantes.

A pesar de todo, soy incapaz de dejar de pensar en él. De recordarlo. De llevarlo conmigo a donde sea que vaya.

Y tampoco puedo evitar preguntarme si él estaría orgulloso de mí viéndome lo que soy hoy.

Todo esto me da muy mala espina. Hace que un escalofrío parecido a lo que ocurre cuando pasas por un cementerio en mitad de la noche me recorra hasta la última de mis terminaciones nerviosas.

Las lágrimas me inundan los ojos de un segundo a otro, sin que yo pueda hacer nada para impedirlo. Detesto llorar, pero dejo el sentimiento ser mientras estoy sola. No importa que hayan pasado cuatro años, hay días en que todo parece peor que el primero. Es algo que no puedo controlar.

Sigo recordando su sonrisa. La manera en la que se le achinaban los ojos cuando estaba feliz, cuando me miraba a mí. Esos ojos llenos de amor. Aún recuerdo estar sentada sobre él sin poder llegar al volante o a los pedales cuando era pequeña mientras él me enseñaba a conducir.

Respiro hondo y seco mis pocas lagrimas con sollozo de por medio cuando tengo frente a mí, la puerta de lo que parece ser un oscuro refugio en medio de una calle vacía.

Doy tres golpes secos arrugando la carta, guardandola en mi bolsillo y, mientras espero a que me atiendan, mis ojos investigan el viejo edificio hasta el último de sus pisos. Parece descuidado, puede haber sido fácilmente alguna fábrica hace mucho tiempo.

Se oye el chirrido de la puerta algunos segundos después y la respiración se me atasca en la garganta cuando lo veo aparecer.

Tengo al Diablo otra vez frente a mí. Cara a cara como en el pasado.

Y es jodidamente hermoso.

Hace cuatro años exactos que no sé nada de él y quería que así se mantuviera.

Sus ojos negros y ardientes, chispeantes, se encuentran con los míos en medio de la oscuridad mientras apoya su cuerpo sobre la puerta y se cruza de brazos, pretendiendo estar relajado, pretendiendo que tiene la situación bajo control. Así como siempre lo hizo.

Nuestras miradas cautelosas se toman el tiempo de estudiarse en silencio. Así como dos oponentes poderosos a punto de entrar al campo de batalla.

Me sorprende que no esté con una botella o un cigarrillo en la mano.

End game [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora