End game [Completa]

CAPÍTULO 13

Buenas buenas. Me planto aquí con nuevo capítulo. Espero que disfruten.
PD: Gracias a todas las personitas que se unieron últimamente y a todas las que están desde los inicios. <3

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Summer 

Había algo irreal en estar camino a una cafetería a las seis de la mañana con Chase. Pero me gustaba. Me gustaba mucho. 

Giré la cabeza para mirarlo. Se encontraba concentrado conduciendo. Se lo veía relajado, con una pequeña sonrisa apenas visible pero que dejaba ver su hoyuelo. 

Me toma del muslo con la mano, enredando sus dedos en mi piel y la deja allí. Mi cuerpo se tensa. Mi corazón se acelera. Nuestros ojos se encuentran y el tiempo se detiene. Me quedo por completo embelesada con él. Con nosotros. 

Unos minutos más tarde Chase frena el auto en el medio de la calle tomándome por sorpresa. 

—¿No querías ir a desayunar? Aquí estamos en el medio de la nada.

—Quiero mostrarte algo antes. Sígueme. 

Me le quedo mirando cuando baja del auto y me apresuro a seguirlo,  poniéndome a su lado. Me sonríe y entrelaza su mano con la mía provocando una sensación de seguridad única dentro de mí.

—¿A dónde me llevas? —le pregunto soltando una pequeña risa. 

—Nos seas tan ansiosa, cariño. Ten paciencia.

Chase tiró de mí con suavidad. Algo se revolvió en mi estómago al mirar su sonrisa. Era ese tipo de sonrisa que le transformaba el rostro. Lo hacía parecer un niño. Esa sonrisa lo hacía brillar. 

—Ya casi llegamos —me avisó. 

Se abrió paso a la arena. 

La playa. El mar. La libertad. 

Estábamos solos, completamente solos. 

—Vamos, cariño —me susurró al oído. 

Le sonreí de vuelta. Se adelantó unos pasos y se quitó las zapatillas para poder meter los pies en el agua dejándolas sobre la arena. Corrí tras él e hice lo mismo. Respiré hondo con una sonrisa cuando el agua fría tocó mi piel. Cerré los ojos cuando sentí que Chase me abrazaba por detrás, juntando sus brazos en mi vientre. 

El cielo era una mezcla de colores anaranjados.

El amanecer. 

—Eres jodidamente hermosa, Summer —susurró en mi oído para luego dejar un beso en el cuello. 

Abracé sus brazos desde donde estábamos y estiré mi cuello para darle más espacio a sus deliciosos besos. Apoyé mi cabeza en su hombro y me incliné un poco acomodándome para mirarlo. 

—Gracias por traerme aquí, Chase. Me encanta.

—Sé que el amanecer es tu momento favorito del día —me respondió ampliando su sonrisa canalla. 

No podía creer que lo recordara.

Sus ojos negros brillaban con intensidad cuando me miraba. No pensé en lo que estaba haciendo, ni en las consecuencias. Solo me incliné y lo besé. 

Lo sentí respirar contra mi boca cuando me tomó de la cintura para acceder mejor a mi boca. Me acomodé para rodearle el cuello con las manos y comencé a juguetear con los mechones de su cabello negro. 

Estaba extasiada. 

Quería más.

Necesitaba más.