CAPÍTULO 17

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Mmmmm, ¿capítulo revelalor? 

Presiento que esto no se lo veían venir.

Gracias por estar acá y leer.

DIsfruten y nos vemos a la próxima, pequeños demonios.

............

El sótano contenía demasiada tensión. Tensión que podía casi palparse con las manos.

—Déjame ver si entendí bien, Luke —dijo con una irónica sonrisa de gato—. Summer Harrison, esa niña estúpida, ¿te ganó?

—El resultado de la carrera no importa, era solo una distracción para atraerla y... —la voz de Luke fue interrumpida por una sonora cachetada que le dejó la vara ardiendo.

—Dime una cosa, si ni siquiera puedes ganarle en una carrera de mierda, ¿como esperas que te confíe el trabajo? No trabajo con gente inútil, creí que había sido lo suficientemente claro.

Luke contuvo las lágrimas dentro, como él siempre le había enseñado. La mejilla le ardía insoportablemente, pero más le dolía lo que su padre acababa de decirle. No pudo volver a mirarlo a los ojos.

Jeremy estaba muy enfurecido, creía que tenía todo bajo control. Tenía que tener todo bajo su poder, sino el plan a la mierda.

La rueda que explotó debería haberla hecho chocar, y con algo de suerte, dejarla inconsciente. Inconsciente, no muerta. Todavía no, la necesitaba. Los necesitaba a ambos para que vuelvan a llevarlo a la cima donde en algún momento estuvo, hasta que sus mejores corredores lo habían traicionado.

Esos malditos malagradecidos egoístas no se merecían la muerte que les había tocado, se merecían la muerte que él había tenido preparada para ellos.

Tenía que volver a idear otro plan desde la base, uno que no sea arruinado por el inutil de su hijo.

Se alejó de él y comenzó a caminar ida y vuelta pensando en que más podría hacer. Algo que lo alejé lo más posible de los sospechosos, algo que mantenga a Summer y Chase de su lado. Tenía que convertirse en la persona a la que ellos fueran en busca de ellos, en la persona que ellos confían ciegamente.

Jeremy sabía que Summer era más accesible que Chase, siempre lo fue. Chase era más desconfiado, quizás el error fue atacarla a ella, quizás había que hacer lo contrario, atacarlo a él en donde más le duele. Chase tardaría menos tiempo en desconfiar de él de lo que le llevaría a ella.

—Cambio de planes. Haremos las cosas al revés, hay que ir a por Chase. Sé Summer vendría por mi ayuda antes que él—. En cuanto arreglé esto me contactaré, hasta entonces te pido encarecidamente que no la cagues más. Suficiente ya tuve contigo. A veces me cuesta demasiado creer que eres mi sangre.

Luke tenía algo en la garganta que lo estaba asfixiando, no sabía que era, pero ya no podía soportarlo. Trago duro con la esperanza de que ese nudo desaparezca. Luke no era tan idiota como lo hacía parecer. Sabía muy bien que era lo correcto, sabía que todo lo que había hecho en los últimos años de su vida eran dignos de encarcelamiento. Pero a pesar de todo, tenía la imperiosa necesidad de complacer a su padre una vez en su vida. Quería escuchar las palabras: "Estoy orgulloso de ti" de su padre. Por más que no haya de orgulloso en lo que estaban haciendo.

Y se odiaba a sí mismo por buscar su aprobación con tanta desesperación y más odiaba enterrar su verdadera moral con el solo objetivo que su padre le sonría con orgullo.

Se preguntó mientras asentía, sí conseguiría hacer lo correcto cuando llegue el momento. Si sería lo suficientemente fuerte para redimirse de la vida que llevaba.

Se preguntaba si su madre alguna vez estaría orgullosa de él.

Y el pecho se le cerró cuando su inconsciente le susurró la respuesta.

El timbre sonó y la voz de Summer sonó lejana, como si el destino estuviera haciendo de las suyas.

La cara de Jeremy se oscureció con una sonrisa.

—Quédate aquí, al parecer tengo visitas.

Boston

No puedo dejar de mirarla. Es que me fascina, me fascina toda ella. Sus ojos son fascinantes, y su forma de mirarme cuando no puede contenerse y su boca. ¡Joder! ¡Cómo me fascina su boca! La besaría por horas y horas.

Acomodo mi codo sobre el respaldo del sofá mientras la observo mordiéndome el labio inferior, sus labios se mueven sensualmente sin siquiera intentarlo. Tiene labios rosados y prominentes. Excelentes para morder.

Me imagino haciéndolo. Le atraparía el labio inferior con los dientes logrando que suspiré en mi boca...

—¿Me estás escuchando? —pregunta volviéndose a mí.

—Lo siento...

—¿Se puede saber qué es lo que te sucede? —se acomoda de frente a mí y sube sus piernas al sofá, muy enfadada.

—Estaba muy concentrado pensando en como sería besarte —confieso.

Su boca se queda medio abierta y sus ojos destellan un poco. Sus mejillas se tornan rojizas.

¡Logré que se sonrojara!

Hoy es nuestro día de suerte, compañero.

—Boston... —susurra.

Me encanta, joder, me encanta demasiado.

—¿Atlanta sonrojada? Eso es nuevo.

—Es que me enfadas tanto que me pongo así.

—Claaaaro, te enfadas mucho conmigo.

—¿Ahora lo notas? Mira que te he dado bastantes señales —se hace la tonta apartando la mirada.

—¿Has oído alguna vez que del odio al amor hay un solo? —le digo y me acerco más, nuestras rodillas se tocan y ella desciende su mirada allí—. Y míranos, estamos a menos de un paso.

Vuelve a mirarme con esos ojos castaños que me enloquecen y nos quedamos así durante un instante que parece infinito. Su mirada se mueve hasta mi boca. Sonrió de costado. Aparto el mechón de cabello detrás de su oreja, noto como se le eriza la piel en cuanto la toco.

—¿A qué le tienes tanto miedo? —susurro sobre su boca, rozandola.

Su respiración se vuelve un desastre, al igual que la mía.

—A lo que podría pasar si te besara ahora mismo —dice sin más.

—¿Qué es lo peor que podría pasar?

—Que ya no querría otra cosa.

—Que curioso, yo ya no quiero otra cosa y ni siquiera te he besado —siento como mis palabras arden en su boca.

Joder, necesito besarla.

Necesito tocarla.

Me toma con desesperación del cuello y estampa su boca contra la mía. Así sin más. Me siento desarmar cuando toco su lengua. Me aferro a su cintura y la beso sediento de ella.

El mundo podría acabar en este segundo y a mí me importaría una mierda.

Mis manos le acarician la cintura y las caderas por debajo de la ropa.

Se mueve hasta quedar sentada sobre mí. La tomo del culo sintiendo mi corazón latir a niveles poco sanos.

—Me vas a matar —le digo sin dejar de besarla.

—Te dije que no querría hacer otra cosa —se ríe mordiéndome la boca.

Es hermosa.

—Yo feliz mientras la causa de mi muerte seas tú.

Sus ojos brillan mientras me mira antes de volver a pegar sus labios a los míos. 

End game [Completa]Where stories live. Discover now