CAPÍTULO 26: LA REVELACIÓN

1K 59 1
                                    

Bueno, bueno, bueno. Capítulo larguito e intenso. Les recomiendo un cafecito mientras lo leen. Espero que lo disfruten. 

Avisos parroquiales: me cerraron mi cuenta de TIKTOK de forma permanente, mi nuevo usuario es zoeprocaccini4, me sería de mucha ayuda que me sigan. 

Gracias por estar acá. 

Nos vemos a la próxima, pequeños demonios. 

Disfruten de la lectura.

Zoe P. 

.....................

Supongo que quieres saber lo que de verdad sucedió ¿cierto, querido lector?

Bien, deja contarte una historia:

Dos corredores de Fórmula 1 profesionales.

Un entrenador.

Y dos niños que tenían más en común de lo que creían.

El día en que todo se oscureció comenzó con una pelea.

—Jeremy, no queremos hacerlo. No vamos a renovar el contrato y no vamos a seguir corriendo el año que entra. Estamos cerca de los cincuenta y tenemos una familia de la que queremos disfrutar. Entiéndelo y deja de insistir —explicó Jordan.

Jeremy estaba desesperado. Jordan y Chad no tenían derecho a dejarlo así. Sin ellos dos él lo perdía todo. Perdía su trabajo, su estilo de vida y su estatus. Y todo por esos dos niños. Jeremy sabía que no iba a volver a conseguir dos clientes como ellos. Después de todo, los años le estaban pasando por encima y con ellos dos había llegado a la cima de su carrera. Y la cima se alcanza una sola vez, una vez que la alcanzas y la pierdes todo es cuesta abajo.

Y Jeremy no estaba dispuesto a caer tan fácilmente, menos cuando la razón era algo tan cursi como "la familia".

Y para colmo, ahora tenía un hijo que era un inútil. Siempre buscando su aprobación. Había intentado convencer a su mujer de abortarlo, pero ella no quiso. Esa jodida egoísta quiso arruinarle la vida también. Todos querían arruinarle la vida.

Eso creía él, claro.

Así que con eso en mente, ideó un plan para que todo vuelva a la normalidad.

Si el problema eran los niños, había que deshacerse de ellos, o al menos encontrar una manera de que no se metieran en el medio de él y su futuro. Sencillo. Pero había que hacerlo con inteligencia y sutileza, iba a llevar tiempo y paciencia. Aunque para su suerte, esas eran dos cualidades que él manejaba a la perfección.

Summer estaba sola en la cochera, jugando con sus autitos. Tenía tres años y ya había desarrollado una obsesión por los coches. Ella quería ser como su padre. Quería ser la mejor corredora del mundo. Se fascinaba cada vez que iba a una carrera y siempre lo demostraba. Iba por el mundo gritando que iba a ser igual a su padre.

Jeremy se acercó y se sentó a su lado.

—Hola Summer, ¿qué haces?

—Toy jubando con mis autos, ¿quiedes jubar conmigo? —le preguntó con una sonrisa ofreciendole un autito de color azul.

—Claro —le respondió Jeremy tomando el auto—. ¿Te gustan mucho los autos?

—¡Muto! —gritó emocionada—. Cuando sea gande voy a sed como mi papi —explicó paseando su auto por el suelo.

—¿Sí? ¿Vas a correr?

—¡Ti!

—¿Pero para eso no deberías saber conducir? —le preguntó.

End game [Completa]Where stories live. Discover now