CAPÍTULO 33

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A qué no esperaron verme tan rápido de vuelta ¿eh? Sé que no, pero aquí se los dejo. 

Y de paso hago un aviso.

CAPÍTULOS QUE FALTAN PARA EL FINAL: Quedan los capitulos 34 y 35 + 2 epílogos.

Espero que lo disfruten, ya queda muy poquito para despedirnos de nuestros niños. Estoy muy sensible, intentado arreglar las actualizaciones que faltan. De verdad muchas gracias por estar acá, no saben lo contenta que estoy. Gracias por leerlos a ellos, que me han llevado a lugares inpensados. Gracias por estar.

Nos vemos a la próxima, pequeños demonios.

Zoe P.

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Cuatro meses después

Es hora de enfrentarte a eso que tanto tiempo estuviste evitando, se dijo Chase a sí mismo, mientras estaba de pie frente a la entrada de la prisión. Tomó aire, llenando sus pulmones en busca de calmarse, mirando las rejas de la puerta fijamente como si estuviera a punto de entrar en el infierno y estuviera armándose de valor internamente para poder soportarlo.

Summer estaba en el coche, observandolo. El orgullo la invadió en el pecho por lo que su novio estaba a punto de lograr. Por supuesto no iba a dejarlo solo, así que lo acompañó hasta ahí e iba estar en el mismo lugar cuando él saliera. Chase se volvió a mirarla por última vez, ella asintió, sonriéndole, él suspiró y dio un paso al frente.

Como siempre, el chequeo fue extenuante. Pero una vez que pasó los controles y lo dirigieron hacia el área de visitas, el corazón le latía más fuerte. Hacía tres años, un mes y trece días desde que no veía a su hermano. No tenía ni idea de lo que podía llegar a encontrarse.

Jake frunció el ceño cuando el guardia le avisó que tenía una visita. Pensó que era Austin otra vez, y se preguntó porque seguía insistiendo en ir a verlo. Suspiró armándose de valor. Avanzó y entró por la puerta.

El corazón se le atascó en la garganta.

Nunca, en todos esas horas que había pasado encerrado, se había imaginado que su hermano iba a ir a visitarlo en algún momento.

Se quedó quieto, mirándolo.

Estaba diferente a lo que recordaba. Parecía... más hombre. ¿Maduro? ¿Entero? ¿Feliz? Quizás no feliz, pero... tranquilo. En paz.

Chase también lo miró. Pensó en que su hermano había pasado más tres años ahí dentro y él hacía quince minutos que estaba allí y ya no podía soportarlo. Fue la primera vez que pensó en su hermano como en una persona con cierta fortaleza. Soportar estar ahí dentro y no entrar en la locura, no era para nada sencillo.

Quizás, puede ser que hasta un destello de orgullo le haya pasado por el cuerpo.

Cuando Jake se acercó, solo el vidrio los separaba.

Tomaron el teléfono al mismo tiempo y se quedaron en silencio durante unos instantes.

—Joder, sabía que este lugar era una mierda, pero no pensé que tanto —comenzó Chase, desesperado por decir algo que cortara la tensión—. Quita esa cara, sé que no te esperabas que venga.

—Pues la verdad que no ¿qué haces aquí? Se supone que estarías, lejos. No lo sé. Haciendo tu vida.

—Estoy haciendo mi vida... y vine porque... bueno, eres mi hermano. Y de alguna forma, sigues formando parte de ella. Verás, en este último tiempo pasaron muchas cosas. Y tuve la necesidad de venir a ponerte al tanto. Creo que aún te mereces cierto respeto. Y... por más que me haya costado demasiado, te perdoné por lo que pasó —Jake se lo quedó mirando como si no se lo creyera. Lo que había pasado hace tres años, aún lo atormentaba, no te recuperas fácilmente de algo como eso. Y aunque todavía estuviera en proceso de superarlo, de perdonarse a sí mismo, que su hermano le dijera esas palabras lo reconfortó—. Sé que a lo largo de tu vida cometiste muchísimos errores, lo sé mejor que nadie —soltó una risa irónica—. Pero también se mejor que nadie la vida que tuviste y que con los padres que tuvimos, las decisiones que tomaste se explican. No tuvimos el apoyo de nadie y, con la terapia, entendí que esas decisiones fueron resultado de eso. Del no apoyo, de que nadie esté pendiente de ti o de nosotros, de que nadie nos haya escuchado o contenido cuando éramos niños. Que no te justifico, eh. Tuve razones más que válidas para odiarte y creer que eras una mala persona y un imbécil monumental —se apresuró, por alguna razón, Jake soltó una carcajada al ver a su hermano hablando tan abiertamente, como nunca había podido cuando era pequeño. Y Jake no sonreía desde hace mucho, mucho tiempo. Fue... alivio—. Pero también entendí que no solo estabas haciéndote cargo de ti mismo, sino que yo también era tu responsabilidad en algún momento, y lo más normal es que no hayas podido con eso. Todavía no habías terminado de crecer y estabas intentado criarme a mí.

End game [Completa]Where stories live. Discover now