Capítulo 3.

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Aegon II Targaryen.

Lo había arruinado, había arruinado todo. Tuvo un maldito ataque y dijo cosas que no debió de haber dicho. Maldice su estado emocional actual, él tenía mejor control con sus emociones, pero ahora parece que su estado mental bajo a la del cuerpo actual. Un adolescente abusado por su madre y abuelo.

-Ah, necesito beber.- había salido de su boca, pero no fue a buscar algo para tomar, directamente fue hacia Sunfyre. Ella estaba despierta y parecía inquieta, tal vez sus emociones la habían exaltado.- Shh, tranquila. Estoy aquí.- susurra en alto valyrio una vez que estuvo cerca de ella. Acaricia el rostro blanco de Sunfyre y trata de que su conexión con ella se sienta. Había pasado tanto desde que tuvo algo así con Sunfyre, no lo habían hecho desde que ella lo aplastó y tenía que beber leche de amapolas para seguir viviendo. Pero ahora puede, también puede volar.- Vamos a volar, Sunfyre.-

Sin decir más, sube sobre su dragón y con una orden comienzan a volar los cielos. No le importa que algunos de los guardias le estuviera llamando, él necesita esto. Necesita sentir el viento en su rostro, el aire frío y sobre todo, él necesita sentirse libre una vez más. Porque aquí no era la marioneta de su abuelo, no era el sujeto de abuso de su madre, solo era un dragón libre.

El vuelo no duro mucho. Sunfyre se estaba cansando de estar dos horas volando, así que tuvieron que descender. No hacía falta decir que ahí lo esperaban los guardias inquietos por su despegar tan apresurado y por el hecho de que no había llevado a nadie para que lo acompañé.

-Príncipe, irse solo puede haber sido peligroso.- no puede evitar poner los ojos en blanco ante lo que esté guardia le estaba diciendo.

-¿Peligro de quién? ¿Quién se atrevería a siquiera hacerle algo a un dragón?.- el guardia no dice más, y él sigue su camino entonces.

Él camina hacia el campo de entrenamiento, el cual ya había comenzado hace una hora para ser aproximado, así que él iba atrasado. Ni bien llega, él los ve. Ve a sus sobrinos tan jóvenes y con grasa de bebé, que le hace sentir más culpable de como ellos los acosaban sin cesar. Pero también ve a su hermano, su pequeño hermano de dos y diez años. Tiene ambos ojos indigos aún y son lo más hermoso que ha visto nunca, incluso si él tiene los mismos; También su hermano es tan pequeño que puede evitar comprarlo con uno de sus hijos.

<Tan pequeño y tan manipulable para los verdes.>

Algo muerde en su mente al pensar en los verdes, él los odia después de lo que causaron. Si no fuera porque su abuelo quería tener a alguien de su sangre en un trono que no le pertenecía, entonces nada de esto abría pasado. Es por ello que los odia, odia lo que les hicieron pasar por algo que ni siquiera debieron de haber codiciado. Odia a su madre por dejarse manipular por su abuelo y que los llevara por mal camino.

-¡Príncipe Aegon! ¿Por qué llega tan tarde al entrenamiento?.- la voz de Ser Criston hace que salga de su cabeza y que prestará atención a su alrededor. Es ahí cuando se da cuenta de que ahora todos lo miran, incluso sus sobrinos y hermano.

-Estuve ocupado.- es él susurró que sale de su boca para así acercarse y agarrar una espada.

-Príncipe, no puede venir tarde solo porque estuvo ocupado. Tiene que ser…-

-¡He dicho!- él lo calla cuando levanta su voz.- Que estuve ocupado.- con eso comienza a entrenar, pero es el único que lo hace, el resto se habían quedado en su lugar quietos y mudos. Él se gira para ver a su hermano y sobrinos, - ¿Qué hacen? Entrenen y no se queden ahí quietos como un muñeco de paja.- es lo que dice para que ellos comiencen a entrenar.

En el entrenamiento Ser Criston se ha empeñado a enseñarnos solo a ellos, no le está enseñando nada a Jacaerys o Lucerys. Es algo que le disgusta, porque a pesar de que sus sobrinos sean bastardos, aún llevan la sangre de su media hermana; por lo tanto, aún son príncipes. Mira con atención las acciones en combate de Jacaerys y Lucerys, agarran mal sus espadas y hasta la forma en la que están posicionados están mal. De alguna manera le molesta sus malas posturas en combate, así que él se acerca a ellos.

-Lo hacen mal.- su voz hace que ambos niños se sobresalten y lo miraran rápidamente. Ellos le miran sin entender lo que estaba diciendo.- Agarran mal las espadas y dejan muchos espacios donde pueden ser atacados.- sus rostros se vuelven algo rojos, tal vez por la vergüenza.

-Oh, nosotros... No lo sabíamos.- Jacaerys hablo bajo y parecía más nervioso ahora que tenía la atención de todo el campo, pero no era el único, Lucerys también estaba nervioso.

Al ver el comportamiento nervioso de Jacaerys y Lucerys, mira a su alrededor y se da cuenta de que ahora todos los miran a ellos. Él se niega a que lo pongan nervioso y se concentra en sus sobrinos de cabello negro.

-Tienen que agarrar así la espada y hagan una posición que no tenga tantos huecos. Algo así.- él les enseña como tienen que agarrar una espada y una pose que no tenga tantos huecos que puedan costales la vida. Ellos parecen sorprendidos por lo que está haciendo, pero rápidamente comenzaron a copiarle. Al ver qué tenían más control con las espadas y una pose con pocos huecos, comienza a golpear el muñeco de paja, le da golpes certeros y que podrían matar más rápido al enemigo.- Repitan lo que hice, háganlo hasta que tengan un mejor manejo con el peso de la espada.- ellos hacen lo que él les dice y se quedaron así hasta unas buenas horas. Jacaerys y Lucerys estaban jadeando por aire, pero aún seguían golpeando el maniquí.- Bien hecho, mañana podremos seguir con el mismo entrenamiento.-

Es todo lo que dice para dejar la espada y sacarse la armadura. La deja aún lado tirada y comienza a caminar hacia el castillo, no hace falta decir que puede ver el rostro rojo de ira de Ser Criston y las miradas sorprendidas de todos en el lugar. Pero él no le toma importancia y sigue cambiando, después de todo, enseñarles bien el manejo de la espada a sus sobrinos no-muertos, es el camino para ser un buen tío, ¿Verdad?.

Hacerlo bien.Where stories live. Discover now