Capítulo 11.

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Aegon II Targaryen.

Luego de la pequeña (gran) celebración de Reyne Velaryon, el primer hijo varón de Daemon y Laena. Todos se fueron a sus aposentos para poder descansar luego de un viaje agotado y una celebración llena de adrenalina, pero había tres personas que se encontraban en su habitación en este momento y se trataban de sus hermanos. Los pequeños terrores se habían colado en su habitación y habían insistido en dormir con él, parecían un poco más protectores luego de lo que paso con Jacaerys, pero no le dio importancia y se acostó con sus hermanos.

-Hermano, ¿Te casarás con nuestro sobrino?.- la pregunta de Aemond lo había llenado de sorpresa, realmente no esperaba que su hermano le preguntara eso.

-¿Preguntas eso por lo que paso con Jace hace unas horas?.-

-Sí.-

-¿Qué paso con nuestro sobrino?.- pregunta su pequeño hermano menor con sus ojos indigos llenos de curiosidad.

-Jace dijo que nuestro hermano se iba a casar con él, Daeron.-

-Oh.- es en el momento que Daeron lo mira para que encuentre su voz.

-Jace es joven, Aemond. Estoy seguro de que solo dice eso ahora porque es un niño de tan solo 10 años, es más, creo que cuando crezca y sea un hombre se le olvidará lo que ha dicho antes. Será como un juego de niños para él.- él dice mientras piensa en el Jacaerys de cinco y diez años, el adolescente que se comprometerá con Baela Velaryon. Puede que lo que su sobrino dijo ahora lo haya puesto algo indispuesto, pero él sabe que es un juego de niños y que cuando crezca se irá a Rocadragón, y pasara más tiempo con su prima, se enamoran y se casaran. Fin de la historia.

-¿Realmente crees eso? ¿Qué pasa si no es un juego de niños?.- unas preguntas que lo deja callado un segundo para pensar en la posibilidad de que su sobrino lo esté diciendo en serio.

-No lo sé.- dice al final de haber guardado el silencio por unos segundos. Aemond junto con Daeron parecían listos para hacerle más preguntas que puede que no tenga la respuesta para dársela, por suerte su hermana Helaena es la que lo salva de la situación.

-Aemond, Daeron, nuestro hermano está cansado y quiere descansar. Es más, nosotros también debemos dormir un poco, para así mañana volver hacia el desembarco del rey.- Aemond, cómo el niño que es hace un puchero ante las palabras de Helaena y Daeron solo asiente con la cabeza para acostar su cabeza en su pecho. No puede evitar sonreír por esas acciones.

-Descansen hermanos.- besa la frente de sus hermanos para que luego se acomode en su costado para dormir.- Descansa hermana.- hace lo mismo con Helaena y una vez que los tres estuvieran cómodos, el sueño los alcanzo.

A la mañana siguiente, una realización le pegó fuerte. El hecho de que Laena Velaryon estuviera viva junto con el bebé y que Laenor Velaryon también lo estuviera significaba que no se mudaría a Rocadragón, por lo que sus sobrinos y media hermana todavía vivieran en el desembarco del rey.

<No creo que sea algo malo, puede incluso ser bueno. Cuando el rey muera, Rhaenyra estará más cerca para poder ser coronada, Incluso podrá vigilar mejor a su madre y abuelo. Al menos eso espero.>

La siguiente cosa rara que paso en el día de la celebración de Reyne Velaryon, era que su media hermana no le prestó en ningún momento atención a Daemon fucking Targaryen. Su hermana solo los saludo y siguió su camino, es más, pasaba más tiempo con su caballero jurado que la seguía a todos lados. Eso lo había dejado confundido, pensó que su hermana al ver a Daemon tal vez habría miradas de amor o algo, pero no lo hubo. Las únicas miradas que su hermana daba de amor era para Ser Harwin Strong, era como si el hombre tapara con un dedo a Daemon Targaryen. Eso lo dejo pensando... ¿Y si su hermana realmente amo a Harwin Strong y no solo lo veía como un candidato para engendrar por lo de Laenor? Entonces explicaría un poco el porqué no prestarle atención a Daemon.

Otra cosa más que cambia es el hecho de que Daemon tampoco parecía tan atraído por su hermana, parecía más interesante en su esposa que en la sobrina que había deseado desde antes de que él o sus hermanos nacieran.

Para su mala suerte antes de volver al desembarco del rey, su sobrino seguía comportándose tan raro. Se apagaba a él como una estaca en su costilla, incluso parecía un poco territorial y no dejaba que otras personas desconocidas se le acercaran, era como si de un dragón territorial se tratase.

-Sobrino, tienes que dejar de gruñirle a las personas.- dice cuando ve que por octava vez Jacaerys le gruñe a un hombre que trata de acercarse a él.

-Pero quieren acercarse a hablar contigo y no creo que tengan buenas intenciones, estoy seguro de que quieren otra cosa, tío.- su sobrino hace un puchero indignado, pero a sus ojos parecía un pequeño dragón malhumorado.

-No te preocupes, Jace, puedo defenderme y lo sabes, ¿Verdad?.- una sonrisa es lo que le dan junto con un beso en la frente para luego comenzar a adentrarse en la multitud de personas.

A pesar de que había dejado atrás a su sobrino, en toda la noche pudo sentir como oso ojos de este, lo seguía a todos partes sin importar que tan bien oculto esté. Fue algo sorprendente y aterrador para su persona.

La noche había caído y todos fueron a dormir, para su suerte, la noche en la que Aemond perdería un ojo, en donde reclamaría a Vhagar y en donde su familia se separaría para siempre en dos bandos, no paso. Sus hermanos durmieron con él esa noche y no se produjo ningún caos aparente con su madre y hermana. La noche fue pacífica y estaba agradecido por eso.

Llego el día en el que volvían a casa, todos se habían despedido de sus familiares, incluso las pequeñas Rhaena y Baela se despidieron de él con un beso en sus mejillas. Lo había dejado sorprendido tal acción y por el rabillo de su ojo podía ver a un Daemon y Jacaerys todos malhumorados mirando la escena, mientras que sus hermanos y Lucerys se encontraban contenido la risa. No tiene idea de lo que acaba de pasar, pero no es como si le importará, después de todo no hizo nada malo.

Las semanas pasaban y la relación con sus hermanos y sobrinos había aumentado mucho más, ha tal punto que ahora eran inseparables. Pero a pesar de que estaba siendo un buen tío y hermano, todavía no había podido hablar con su media hermana. No es que le tenga miedo (lo tiene), es solo que él no sabe cómo mirarla a los ojos sin recordar que él la había asesinado tiempo atrás. Pero realmente quiere conversar con su hermana para decirle que no interferirá en su sucesión al trono, solo espera el momento adecuado para hacerlo.

Por ahora él disfrutará de la paz que se le estaba otorgando y cuando llegue el día en que tome valor para enfrentarse a su hermana en una conversación, estará listo para decirles tantas cosas que había estado guardando en su interior. Empezando por el trono y por su primogénito que se encuentra algo fuera de camino.

Hacerlo bien.Where stories live. Discover now