Capítulo 14.

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Aegon II Targaryen.

Había pasado ya una semana desde que todo el reino se enteró de su compromiso con su sobrino, también de que él es un niño dorado de la sangre Valyria. Todo Westeros se había sorprendido por lo que escuchaban, pero a la vez asqueados. Creían que él era algo antinatural, que el útero en su vientre era una cosa asquerosa, pero es era porque ellos no entendían su sangre o lo que significa ser un dragón. Ellos no lo entenderían.

Por otra parte, su familia se encontraba extasiada, al menos la de sangre dragón, los únicos que entendían lo que él significaba. Su madre y abuelo no figuraban en el lugar. La casa Velaryon se había encontrado incrédula por el descubrimiento y él sabía que se trataba por su sangre Hightower, se preguntaban el cómo el niño dorado de la sangre Valyria nacería de una sangre mezclada. No los culpa, él entiende lo que pensaban.

De cualquier forma, su media hermana Rhaenyra había comenzado a ser... Más suave y más presente en su vida con las de sus hermanos, al principio se había exaltado cuando ella apareció de la nada, había pensado en ignorarla y pasar de largo, pero ella lo saludo y él no pudo evitar saludarla también con algo de confusión. Pero está seguro de que esté acontecimiento había sucedido luego de que Jace y él estuvieran comprometidos.

Hablando de Jacaerys Velaryon, no había visto a su sobrino desde hace una semana. Siempre que lo veía, él se ocultaba o desviaba su camino para no encontrarse con su sobrino. A pesar de que antes se había dicho que buscaría a su sobrino para hablar, él no lo había hecho. No es que lo estuviera evitando... Bueno, tal vez si lo estaba haciendo, pero tenía una buena razón para eso. Él no sabía cómo hablar o ver a su sobrino sin que su rostro se pusiera rojo o si poder sentirse avergonzado. No es como si tuviera que estar avergonzado de algo, pero de alguna manera lo está.

De igual forma, su operación evitar a su sobrino no funcionó mucho, ya que este mismo lo estaba acorralando contra una pared del palacio.

-Sobrino, ¿Por qué me acorralas?.- pregunta nervioso mientras mira a su sobrino, que es unos centímetros más bajo que él. Jace lo mira con una mirada llena de determinación que lo hace sentir algo en sus entrañas.

-porque me has estado evitando y no entiendo el porqué de eso, ¿Hice algo mal, tío?.- la pregunta suave y preocupada de Jace hace que se sienta mal por haberlo estado evitando.

-No, no hiciste nada mal, Jace.-

-¿Entonces por qué me evitas?- la pregunta queda en el aire y él no sabe cómo responde, ¿Qué es lo que le puede decir? 'Te he estado evitando porque siento como mi rostro se pone rojo de solo verte y de los sentimientos que había estado enterrando muy dentro de mí y que ahora están saliendo.' Sí, él no puede decir eso, así que solo se queda callado.- ¿Es por el matrimonio? ¿No quieres casarte ahora conmigo?.- parece que su sobrino había tomado su silencio como algo negativo por las preguntas todas angustiadas que acaba de soltar.

-¿Qué? No, no, no, te prometo que no es eso, Jace.- lleva una de sus manos hacia el rostro triste de su sobrino y acaricia suavemente su mejilla.- No pienses que es por eso Jace, después de todo, fui yo el que eligió este compromiso y no lo romperé.- sus palabras parecían calmar a su sobrino, pues Jacaerys se veía más relajado y apoyaba su rostro en su mano en busca de consuelo.

-Gracias a los dioses, estaba preocupado, tío. Pensé que tal vez no querías el compromiso y que te estabas arrepintiendo.- la voz de su sobrino expresaba tristeza junto con algo de miedo y por eso no pudo evitar sentirse más culpable por su actuar.

-No me arrepentiría, Jace. No te preocupes por esas cosas.-

-Pero lo hago, tío. Me preocupo por como te sientes, si quieres esto, si me amas o si este matrimonio funcionará para ti. Quiero que te sientas bien con esto y para ello haré lo necesario para que te enamores de mí o te sientas cómodo conmigo.- la voz y los ojos de su sobrino estaban determinados a hacer lo que dice.

Una parte de él piensa que Jacaerys de cuatro y diez es la misma que la de cinco y diez, que su sobrino nunca cambia a pesar de los cambios que él haga. Ahora su sobrino parece el mismo hombre que había conocido en su pasado gracias a sus palabras, que lo habían dejado pensando en lo inocente que es Jacaerys.

Al menos eso fue su pensamiento luego de que, sin saber como, él tenía los labios de su sobrino contra los suyos.

Su mente se queda en blanco ante la pequeña presión en sus labios, no era un beso en sí porque la presión solo era leve y no había movimiento. Tal vez eso lo incito a realizar un verdadero beso, porque sus labios se fundieron con los de su sobrino en un beso lento. Siente la sorpresa de Jacaerys cuando mueve sus labios, pero luego de eso no duda en corresponder como pueda.

<Es su primer beso.>

Siente satisfacción al darse cuenta de que es el primero en besar a su sobrino, entonces procede a profundizar el beso. Lleva su lengua dentro de la boca de Jacaerys y juega con la lengua de este, unos ligeros gemidos sale de ambos ante su acción y puede sentir la erección de su sobrino en su muslo gracias a qué se aprieta más sobre él. El beso escala cada vez más y la cadera de Jace se mueve, haciendo que su erección se siga refregando contra su muslo, pero de forma más intensa.

-J-Jacee, detenerse, ah, hay que detenerse.- su voz suena entrecortada mientras ligeros gemidos se mezclan en sus palabras y no puede decir mucho. Estaba a punto de decirle a su sobrino que se detuviera una vez más, pero Jacaerys se había detenido y se había separado unos centímetros de él.

-Lo siento, ¿Te lastimé?.- pregunta preocupado y con cariño toma su rostro en sus manos. Él no puede evitar caer en la dulzura de su sobrino porque hacía años que no había experimentado tal afecto de cariño.

-Estoy bien, solo... No es el momento para que esto pase, al menos no todavía.- suelta con suavidad, casi como un susurró. Jacaerys sonríe y acaricia su mejilla con el pulgar de su dedo.

-Lo entiendo, pero espero que sepas que hoy probé la manzana de la tentación y que cuando llegue el momento no podré detenerme hasta estar satisfecho.- una sonrisa traviesa junto con el apretón de la erección es lo que obtiene de su sobrino antes de dejarlo pegado a la pared y con una erección propia.

-Tonto, Jace. Me matarás algún día de estos...- fue un susurró que solo el y los oídos en las paredes pudieron escuchar y presenciar.

Por alguna extraña razón espera con ansias el día de su boda y la noche en cuestión. Quiere ver en la bestia en la que Jacaerys Velaryon puede convertirse en sus aposentos.

Hacerlo bien.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora