Hacerlo bien.

Capitulo 5.

Aegon II Targaryen.

Su hermano le había preguntado si estaba loco luego de que hubiera ayudado a sus sobrinos, él solo se encogió de hombros y sigo caminando. Pero su hermano no lo dejaba solo, era como si se hubiera convertido en una espina clavada en su dorsal.

-Sabes qué mamá no estará contenta por lo que hiciste. Es más, creo que ella te estará esperando en tu habitación.- una mueca apareció en su rostro por ello, él sabía que su madre no estaría contenta por lo que acaba de hacer, lo sabía y no le importaba. Ya estaba hartó de que lo controlarán como una maldita marioneta, él no lo era, ni tampoco sus hermanos.

Es hora de que él ponga un alto a todo esto.

-La estaré esperando con gusto, tengo MUCHAS cosas que quiero decirles.- había fuego en sus palabras y su hermano la percibió, ya que hizo una expresión de aturdimiento e incrédula. Estaba un poco orgulloso de hacer que su hermano hiciera tal expresión, porque nunca pudo ver nada igual cuando es mayor.

-¿Qué te sucedió, hermano?.- ante esa pregunta, él se queda quieto y mira a Aemond. ¿Qué es lo que debería decirle?.

<Estuve en el futuro y pasaron tantas cosas horribles. Moriste, Helaena murió, mis hijos murieron. Asesinamos a tanta gente inocente en una lucha entre nuestras sangres y todo por un trono maldito, que al final no valía nada cuando morí.>

Él quería decirle toda esa verdad, pero sabe que eso es un riesgo, porque su hermano todavía es fiel a su madre y eso pondría en peligro la paz que quería formar. Hasta que no esté seguro de que su hermano este de su lado, él no podría decirle nada.

-Nada. Solo estoy cansado, eso es todo.- dice para seguir cambiando hacia su habitación, deja de sentir que su hermano lo sigue y de alguna manera no sabe si eso es bueno o malo.

Cuando llega a su habitación todavía está vacía, no había madre abusiva a la vista. Un suspiro de alivio salió de su boca y con una toalla comenzó a limpiar su cuerpo sudoroso. Tendría que bañarse, pero lo hará después, ahora se limpiará así nomás para cuando su madre entre como un animal rabioso. No paso mucho para que su madre entrara a su habitación furiosa.

-¡Aegon II Targaryen!.- Su madre dice su nombre con tanta ira que le hace poner la piel de gallina.

-Madr...- un golpe en su mejilla calla su voz. Su madre lo acaba de golpear.

-Explícame por qué estabas ayudando a esos bastardos. ¿No te había dicho que no te acerques a ellos? Porque eres tan idiota para desobedecer mis palabras.- ella grita mientras agarra su rostro con fuerza, haciendo que sus labios se transformarán en una línea recta. Había olvidado que su madre podría ser tan abusiva, sobre todo en la forma física.- ¿Me estás escuchando? ¡Quiero que me des una maldita explicación en este instante!.-

-¿Quieres una explicación? Bien, te daré una. ¡No quiero ser rey! ¡No quiero comprometerme con mi hermana! ¡No quiero ser como tú y padre!.- tal vez debió de haberse esperado las siguientes cachetadas que su madre le dio a continuación.

-Pequeño ingrato, ¿No sabes cuánto me he sacrificado para que tengas lo que tienes, para que seas un rey? He sacrificado parte de mi vida para que te sientes en ese trono.-

-pero no lo quiero, ella podrá ver eso.- su madre agarró más fuerte su rostro en cuanto dijo eso. Estaba seguro de que iban a quedar marcas de dedos en su piel.

-¿Crees que ella se quedará con los brazos cruzados? Ella te asesinará por ser un reto y asegurará su sucesión.- esas palabras le hicieron congelarse. Él conocía muy bien esas palabras, su madre se lo había dicho antes.

-Entonces no seré un reto...-

-¡Tú eres el reto! ¡Eres el reto, Aegon, simplemente viviendo y respirando!.- él se queda mirando el rostro distorsionado de su madre, ella lo mira también y se quedaron así unos segundos hasta que ella comenzó a caminar hacia la puerta de su habitación.- Piensa en lo que has hecho hoy Aegon, piensa y pide perdón.- es todo lo que dice para salir de su habitación, dejándolo así solo en su lamento.

Unas lágrimas bajan por su rostro, había estado aguantando el dolor hasta que su madre se fuera. Se las seco y comenzó a caminar hacia su ventana, ahí pudo ver qué su labio estaba cortado y sangrando. Su nariz no se quedaba atrás, ya que estaba igual o peor que su labio, ni hablar de que tenía marcado los dedos de su madre en una de sus mejillas.

Muerde el interior de su mejilla al saber que tendrá que ir por ahí así, y que de seguro tendrá una que otra preguntas. Suspira al sentirse tan agotado de solo haber tenido una 'charla' con su madre, y eso que de seguro le esperan muchas más en el futuro. Está muy seguro de eso.

Se aleja de la ventana y va hacia la garra con agua, moja el paño y comienza a pasárselo por su rostro con cuidado. Al terminar el paño está algo ensangrentado, pero de igual forma lo dejo ahí y llama a las sirvientas para que le preparen un baño.

En cuanto el baño estuvo preparado, él se sumergió en las aguas calidad y se quedó ahí un buen rato pensando en lo que haría. Ciertamente, falta para que Ser Harwin sea enviado a su inevitable muerte, también falta para la muerte de su prima Laena y para la muerte del rey. Pero es mejor tener un plan antes de que todos se vaya al infierno mismo.

<Ah, estoy cansando... Necesito ver a Sunfyre.>

Con eso salió de la bañera, se vistió y salió de su habitación para ir a ver a su dragón en los establos. Ni bien llego pudo sentir a Sunfyre inquieta, eso le hizo comenzar a acercarse más rápido.

-Hey, estoy aquí.- dice en valyrio mientras apoya su rostro con la cabeza de Sunfyre. Ella suelta uno que otros gruñidos bajos que de seguro lo asustarían si no fuera porque tienen una conexión tan grande.- Sí... Mamá no fue amable hoy, Sunfyre.- un quejido sale de su dragón, uno que sabe que ella lo está tranquilizando y mimando.- Gracias, siempre eres tan buena que a veces siento que no te merezco.-

-Grr.- otro gruñido bajo, cómo diciéndole que no piense de esa forma. De alguna forma siente que sonríe por eso y la conexión que tienen se vuelve más grande.

Él estaba a punto de decirle algo a Sunfyre, pero es interrumpido por un ruido atrás de él. Con rapidez se gira para ver al intruso que había arruinado tal momento especial, no se esperaba ver a su sobrino mayor.

-¿Jacaerys?.-