Capítulo 1

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Año 120 d.C. 9 años.

Podía escuchar el sonido de la cadena del pequeño Vermax, al igual que sus rugidos, cada vez más cerca. Estábamos los 5 en posición junto a nuestros maestros.

- ¡Alto! Deja que se acerque - Gritó el maestre en Alto Valyrio y le soltaron las cadenas para que se acercase a nosotros. Pude escuchar los bostezos de Aegon a mi lado, así que le pegué un codazo en el costazo y este solo rió -. Pedidle a Vermax que venga Príncipe Jacaerys.

- ¡Obedece! - Gritó mi hermano, no del todo convencido, haciendo que Vermax se acercase excesivamente a Jace. Lo que me alertó y nos hizo retroceder a todos -. ¡Alto! - Esta vez el dragón si obedeció, haciéndole retroceder unos pasos.

-Bien hecho - Lo felicitó el maestro.

Escuché como traían una cabra, lo que hizo que Vermax se girase rápidamente hacia el animal y se puso en posición de ataque. Estaba hambriento y deseoso de ella.

-¡Vermax! - Hizo caso omiso a los continuos gritos de Jace y siguió avanzando -. ¡Vermax, alto!

Tuvieron que frenarlo con un palo para que dejase de avanzar y el maestro comenzó a hablar en Alto Valiryo cosas que aún no entendíamos del todo, haciendo incomodar a Jace, el cual me buscaba con la mirada esperando que le ayudase. Pero no pude así que le negué con la cabeza y soltó un suspiro.

- Debe mantener el dominio sobre su dragón, mi joven príncipe. Como el prríncipe Aegon hizo con Sunfyre, o como la princesa Selaena con Lunafreya - Nos tradujo.

Aegon al oír un cumplido tomó una pose más regia y egocéntrica mientras que Aemond le miraba un poco mal. Agarré la mano de Aemond y lo miré con una sonrisa tranquilizadora mientras él entrelazaba nuestros dedos con una sonrisa en el rostro.

- Una vez que esté unido a usted, se negará a tomar órdenes de cualquier otra persona - Continuó explicando el maestro y Jace se giró hacia su maestro emocionado.

- ¿Puedo decirlo? - El maestro asintió y Jace me miró orgulloso, así que le di mi aprobación mientras el maestro lo tomaba del hombro para que dirigiese su atención a Vermax. No hay que desconcentrarse frente un dragón. Él tosió para aclarar su voz y gritó alto y claro -. ¡Dracarys Vermax!

Vermax avanzó hacia su cabra para luego exterminarla con el fuego de su boca y comerse la carne de ésta. Miré asqueada como se comía los restos de cabra asada, aún no me acostumbraba a esto.

- Princesa Selaena, su turno - Me indicó el maestro y Jace y yo nos cambiamos de posición a la vez que guardaban a Vermax y Sacaban a Lunafreya, mi dragona. Cuyo huevo había sido escogido por mi tío abuelo Daemon, era una dragona blanca. Ésta se acercó a mi mientras ignoraba por completo a Vermax y a la nueva cabra que sacaron.

- ¡Alto! - Le grité en Alto Valyrio y ésta rapidamente frenó. Sonreí orgullosa y complacida -. ¡Al suelo Lunafreya! - Y obedeció, sabía que la estaba adiestrando bien.

El maestro comenzó a hablarme mientras Lunafreya se mantenía quieta y con la cabeza en alto sin apartar la mirada de mi.- En poco tiempo, me atrevo a decir semanas, podrá montarla en vuelo. Princesa... Cuando usted quiera -. Y con una sonrisa en los labios grité.

- ¡Dracarys! - Al igual que Vermax, Lunafreya soltó fuego por su boca, asando a la nueva cabra, pero no la comió, solo la observaba para después girar la cabeza y buscarme -. ¿Puedo?

El maestro asintió, así que corrí hasta acercarme a Lunafreya para acariciarla. Lunafreya medía unos 3 metros más que Vermax y era micho más fuerte que éste, pero de igual manera Sunfyre le ganaba por ser más grande, a pesar de que no hubo muchos años de diferencia en eclosión. Cuando me di cuenta vi a Aemond mirarme con una sonrisa como de costumbre, la cual le devolví. El maestro me indicó que era hora de que volviese a la fosa, así que volví a mi sitio y dio por concluida la clase de hoy. Estábamos los 5 volviendo al castillo cuando Aegon le empieza a dar palmadas en la espalda a su hermano.

Until the End | Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora