Capítulo 11

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Contenido adulto 🔞

Año 129 d.C. 18 años.

El pasillo estaba completamente vacío, todos estaban en la sala del trono. Pero eso era lo que menos me importaba, estaba triste, no por matar a Vaemond, que se lo merecía sino por el estado de mi abuelo. Había estado años sin verle y ahora estaba al filo de la muerte... Ojalá volver a cuando era una niña y no había problemas. Unos pasos sonaban detrás nuestro, pero pensé que sería un guardia así que no le di mayor importancia, pero de pronto una mano me agarra de la muñeca y me a la vuelta de forma agresiva. Era Aemond.

- Pero qué haces, suéltala - Se enfadó Jace y empujó a Aemond. Este último estaba a punto de contraatacar hasta que me puse en medio de los dos.

- Vosotros dos, id a vuestros aposentos - Les digo a mis hermanos.

- No te vamos a dejar a solas con él - Interviene Luke ganándose una mala mirada de Aemond.

- No te preocupes, de momento me las puedo apañar - Le sonrío y ambos se van a regañadientes. Cuando están lo suficientemente lejos para no vernos me giro a Aemond.

- ¿Qué quieres?

- Tenemos que hablar. ¿Qué fue eso que hiciste antes?

- Aquí no, nos pueden escuchar - Chasqueo los dientes y le agarro de la mano para llevarlo a mi dormitorio. Por suerte Usher seguía en la sala del trono.

- ¿Y bien? Tú no eras así. Has matado a ese hombre como si nada, ni siquiera se te ve afectada - Insiste Aemond cruzado de brazos.

- Tú mismo lo has dicho, no era así. Ahora sí - Contesto cerrando la puerta y me acerco a él algo apenada con la cabeza gacha-. Es algo complicado...

- Pues explícamelo - Se acerca y me agarra de la barbilla con suavidad para que le mire -. Puedes confiar en mí.

- Todo empezó la noche del accidente. Cuando... Te quitaron el ojo. Me di cuenta que podían atacarme a mí o a mis hermanos en cualquier momento y no sabríamos defendernos. Entonces empecé a juntarme con Daemon, le supliqué que me enseñase todo lo que sabe. Que me enseñase a atacar y matar sin piedad... - Dije aparté la mirada, no podía seguir viéndolo -. Rhaenyra se opuso desde el principio, siempre dijo que la violencia nunca es la solución. Y tiene razón, yo nunca empezaré una pelea. Pero quiero tener recursos para terminarla y ganarla. Aunque ahora piense de esta manera, hubo un tiempo que no fue así...

Guardé silencio y me separé de él para sentarme en un sofá bajo la ventana. Aemond me imitó, respetaba mi espacio y mis tiempos.

- Empecé a ser... una especie de asesina a cargo de Daemon. Durante el día aprendía Alto Valyrio, a controlar a Lunafreya como él hace con Caraxes , a pelear en combate y a hacer estrategias de batalla. A cambio, en la noche me dedicaba a asesinar a sus enemigos. Lo hacía de diversas formas, por envenenamiento, a veces lo hacía parecer un accidente, otras veces me colaba en sus casas y los mataba mientras dormían... Nunca se enteró nadie de que era yo la que lo hacía - juego nerviosa con mis manos arrancándome los pellejos y, Aemond, me toma de la mano para que me tranquilice.

- Soy un monstruo Aemond -. Le digo llorando y él solo me abraza.

- No lo eres... Nunca lo has sido, solo has tenido que adaptarte a las circunstancias -. Me empieza a limpiar las lágrimas -. Además, el apodo de monstruo es mío, no me lo puedes quitar. ¿Cómo me llamarán entonces cuando pase a su lado por los pasillos? - Dice sonriendo.

- No eres un monstruo - Le devuelvo la sonrisa.

- Ni tú tampoco - Empieza a acariciarme el rostro y yo le aparto la mano.

Until the End | Aemond TargaryenWhere stories live. Discover now