Until the End | Aemond Targaryen

Especial Navidad|Año Nuevo

Contenido adulto 🔞

Año 120 d.C. 9 años

Abro la puerta de la biblioteca y voy al sitio de siempre, Aemond estaba con una pila de libros a su alrededor, por lo que no nota mi presencia cuando me siento frente a él.

En silencio apoyo mi cabeza sobre mis manos, mirando con pena a Aemond. Él al principio me ignora, pero al ver que suelto varios suspiros me sonríe.

- Sueltalo ya...

Estaba tan emocionada que ese momento las palmas de mis manos golpean la mesa, provocando un estruendoso ruido. En ese momento ambos nos intentamos contener la risa, no queríamos hacer más ruido.

- Ahora dilo sin que se entere todo Desembarco.

Me mira con una sonrisa pilla y yo frunzo el ceño, indignada.

- Fue sin querer - Intento justificarme.

- Sin querer evitarlo, si... - Me sonríe y yo niego, con otra sonrisa en el rostro.

- Como iba diciendo...

Está a punto de interrumpirme, pero le levanto el dedo para que no hable.

- La tormenta ya ha terminado. Podemos montar en Lunafreya e ir a la colina, he oído que hay nieve y...

- No puedo, lo siento - Dice volviendo a su libro y a mi se me borra la sonrisa del rostro.

- Pero me prometiste que irías a la nieve conmigo... Nunca la hemos visto.

En Desembarco nunca nevaba, y este año Lunafreya ya era lo suficientemente grande como para soportar el peso de nosotros dos. Aemond en su día me había dicho que si, pero ahora había cambiado de opinión.

- Ve con tus hermanos o con Helaena, yo no puedo - Me contesta sin siquiera mirarme.

- ¿Y tú qué vas a hacer? ¿Quedarte aquí todo el día? - Me apoyo contra el respaldo, cruzándome de brazos.

- Sí, estoy aprendiendo Alto Valyrio. Y como sabes, lleva su tiempo.

Yo niego con la cabeza, cada vez que se pasaba días y a veces semanas aquí metido era por un motivo.

- ¿Qué te han hecho ya mis hermanos?

- Nada - Contesta seco.

Cansada me pongo en pie y le cierro el libro en la cara.

- Estoy harta que cada vez que mis hermanos te hacen algo lo pagues conmigo.

- Y yo estoy harto de tus hermanos - Me mira enfadado.

- ¿Y tu solución es quedarte aquí leyendo?

- Al menos no encontraré aquí a los burros de tus hermanos.

En ese momento aparto la mirada, sabía que no era él quién lo decía.

- Pues a mis hermanos no los encontrarás, pero a mi sí - Le vuelvo a mirar seria -. Y hace un mes me hiciste una promesa, así que te toca cumplirla.

- Me da igual, no pienso ir.

Intenta alcanzar el libro que tengo en las manos pero se lo impido.

- ¿No quieres ir de verdad... O por qué si te ven conmigo en dragón se burlarán de ti?

En ese momento su mandíbula se tensa y no me responde, había encontrado el verdadero motivo. Apenada me siento en la silla de su lado y le tomo de la mano, acariciándola.

- Si de verdad quieres ir a la nieve... Ven... Estar aquí encerrado no solucionará nada...

- Pero quiero ser el mejor - No es capaz de mirarme, solo observa como mis dedos acarician los suyos.