Capítulo 22

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Año 130 d.C. 19 años.

Despierto en mitad de la noche por culpa de un calambre, llevaba ya 6 meses de embarazo y estas semanas no las llevaba muy bien. Busco a Aemond con la mano, pero no lo encuentro. Confusa miro a mi alrededor y al ver que no está decido ir en su encuentro, como Aemond dormía conmigo ano había guardias en la puerta.

El primer sitio al que voy es a su dormitorio, pero no lo encuentro, así que decido ir a la biblioteca, pero unas voces de la habitación de Aegon me hacen retroceder. Me pego a la puerta para escuchar y reconozco dos voces.

- Anhelaba que Selaena me mirara, no había nada que deseara más. Pero... Ella no podía dejar de verte a ti y tu... estúpido ojo – Era la voz de Aegon.

- Hemos hablado cientos de veces de esto... - Contesta Aemond.

No consigo distinguir si se quedan en silencio o si susurran algo, pero enseguida reconozco la voz enfadada de Aemond.

- No vengas a hablarme de quién ama más a Selaena. Yo siempre la amé más, no tú.

- Tú la dejaste en la mierda, mataste a Rhaenys y casi haces lo mismo con Luke, y aun así sigue a tu lado – Aegon también se enfada.

- Soy consciente de ello. Sabes perfectamente que mentía diciendo que estaba bien... ¿Pero sabes quién la consolaba cuando estaba rota y no paraba de llorar? Yo, no tú. Porque tú eres un cobarde.

- Lo que estás es obsesionado. Por todos los dioses, te metías en sus aposentos a mirarla dormir, hasta acariciabas su rostro cuando ni siquiera soportaba verte – Aegon suena indignado -. Y sin embargo es a mí a quién odia.

En ese momento intento recordar todas las noches que pasé el primer mes en Desembarco, pero en ninguna recuerdo su presencia.

¿Se lo estaría inventando Aegon? No, no tendría sentido. ¿Pero por qué él lo sabía y yo no?

- ¿Y nunca te has parado a pensar por qué lo hace? Se ha pasado la infancia con toda nuestra familia menos contigo.

- Tú nunca serás digno de estar con ella – En ese momento se oye la risa de Aemond por toda la estancia.

- ¿Y tú sí? Es mi esposa, por voluntad propia y ella está esperando mi hijo, no el tuyo.

- ¿Qué le puedes dar tú que yo no?

- Lo primero felicidad, es más feliz conmigo de lo que será algún día contigo. Créeme, doy gracias por tenerla a mi lado, porque a veces tengo que recordarme que sin ella no soy nada. Y tú jamás has estado para ella, no sabes lo que es que alguien se preocupe por ti o que te amen. Porque nadie lo hace, porque tratas a Helaena como si fuera la última mierda. Por eso ella nunca te escogió, porque siente lástima de lo que tiene que vivir Helaena cada día. Hasta madre se arrepintió de haberos casado.

- ¿Tú sabes la mierda que es esto? - Aegon golpea algo -.  Yo nunca deseé casarme con Helaena y lo sabes, tendrías que haber sido tú. Sin embargo, te casaste con la persona que amas. Ella se enamoró de ti primero, pero eres tú el que la ama con más fuerza. No es justo... no es justo que desde que somos niños estéis pendientes uno del otro.

- Se acabó, es la última vez que hablamos de esto. A la próxima te cortaré la lengua... nosotros encontramos el amor en un lugar sin esperanza y lleno de odio. Haz tú lo mismo.

El silencio se instala y noto como unos pasos vienen hacia mí, rápidamente me aparto e intento alejarme de allí, pero la puerta se abre antes de que pueda dar un solo paso y veo a un Aegon enfadado. Me revisa de arriba abajo, e inconscientemente me llevo una mano a la barriga, Aegon se queda mirándola varios segundos y después se acerca a mí. Más de lo que debería, obligándome a pegar mi espalda contra la pared.

Until the End | Aemond TargaryenWhere stories live. Discover now