•19 de noviembre•
Amanda.
— No recuerdo nada, Liliana — llevo mis manos a la cabeza — Lo último que recuerdo del club es que estaba hablando tranquilamente con tu hermano. Luego, en la mañana desperté en la habitación de Dylan. ¿En que momento nos fuimos del club?
— ¿Hiciste algo indebido con Dylan? — volteo a verla con el ceño fruncido.
— Es mi amigo maldita, obviamente que no.
— ¿Estas segura?
— Claro que estoy segura — ¿no? Si, si estoy segura...
— Bueno, si tú lo dices y afirmas.
— ¿Viste que yo haya echo algo indebido?
— No recuerdo. Solo se que bailaste con Marcus, luego con Tadeo, incluso le diste un besito a Demian en la mejilla, y Lucius te empinaba la botella de alcohol — son sus hermanos.
— ¿Que pasó con la estúpida que llevó Dylan?
— Se fue en medio de la fiesta, pero antes le armó un escándalo a Dylan que porque él no dejaba de mirarte ni un segundo y jamás le prestó atención a ella. Casi la desgreñas pero te detuvimos a tiempo.
— No recuerdo nada — llevo mis manos a la cabeza — Dios, que frustrante es esto.
— Aprende de mi que no bebí ni una gota de alcohol.
— ¿Estas embarazada?
— ¿Qué? — voltea a verme con cara de espanto.
— Para que no hayas bebido alcohol.
— Dios no. Ayer estaban mis hermanos, no me dejan beber y me quitaron todos los tragos con los que me veían — dice nerviosa — Y luego te los dieron a ti.
— Ah.
— Si.
—¿Qué haremos en la tarde? — cambio de tema.
— Creo que iremos a la casa de Juanpa.
— Ese yoyó siempre de buen amigo prestando su casa.
— Claro, el mejor amigo — comenzamos a reír como locas.
Juan Pablo jamás nos presta su casa, siempre le caemos de sorpresa. Lo más probable es que ya esté acostumbrado a que los sábados y domingos nos la pasemos ahí. A Juan Pablo lo conocen como Juanpa o como el yoyó, no se porque simplemente la mayoría lo llama el yoyó.
—¿Irá Carlos?
— El amor de mi vida no puede faltar, obvio que irá.
— ¿Ya se arreglaron?
— Carlos es un facilote, le di unos cariñitos y se contentó. Simplemente no volveré a salir sin avisarle, mi hombre se preocupa muy rápido.
— Hablando de los reyes de roma — ella voltea a ver a la entrada de la cafetería donde Carlos y Dylan entran llevándose la atención de todas las chicas presentes.
Ambos van muy guapos, y los dos vienen de traje ya que vienen de trabajar.
— Malditas perras, ese moreno de 1'80 es mío así que miren para otro lado — les grita Liliana y las de la cafetería se voltean a verla con cara de asco — ¿Se hicieron mierda o porque esa cara? Malditas zorras.
— Liliana — la regaño y me sonríe.
Rodea la barra y se va a abrazar a su novio. Luego se voltea a ver a las demás y entre labios dice "mío" y lo besa.
JE LEEST
Amigos no ✔️
AvontuurAmbos son mejores amigos desde hace ya 8 años, todo era normal hasta que comenzaron a mezclar sus sentimientos. Las discusiones, los celos, el deseo, era algo inevitable que comenzaba a surgir entre ellos. Les asustaba sentir de más, les asustaba...