-cuatro meses antes-
Dylan.
— Ya está, mi hermano quiere que nos encontremos en la antigua mansión en dos horas.
— ¿Donde mierda queda eso? — rueda los ojos y me observa.
— Yo te llevaré— dice y se levanta del sillón — Te veré más tarde, iré a buscar un spa porque siento que me está dando algo.
Sus tacones resuenan en el suelo hasta que sale de la casa.
Me tumbo en el sillón y cuando cierro los ojos el celular suena.
Recuerdo que lo dejé en la mesa de la cocina y me toca volver a levantarme. Bufo y cuando llego lo tomo y contesto la llamada de Carlos.
— ¿Qué pasa?
— Ella.
— ¿Le pasó algo? ¿Qué sucede? ¿Carlos, qué pasó?
— Si estás de pie toma asiento.
Frunzo el ceño.
— Déjate de estupideces y ve al punto, ¿Le pasó algo? — pregunto con temor.
— Hace días se enteró que está embarazada.
¿Qué? ¿Ella... ella está embarazada?
— Eso no es todo, Dylan. Ella se va a someter a una operación.
— ¿A una operación? — abro los ojos sorprendido.
¿Piensa abortar?
— Ella va a abortar.
— ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasó? No... tú no- no puedes dejarla.
— Ya estamos en la clínica, y ella ya está allá dentro.
— ¡No! ¡No, carajo! — desordeno mi cabello — ¡No puedes dejar que aborte! ¡No puede hacerlo! ¡¿Por qué lo hará?! No la dejes.
— Ya no se puede hacer nada Dylan, solo llamé para avisarte. Liliana entró con ella.
— ¡No, maldita sea! Detén esa estupidez Carlos.
— ¿Para que? Ella ya lo decidió, yo no puedo entrometerme en eso. ¿No que no querías hijos? Deberías alegrarte porqué no lo va a tener.
— ¡No! — todo lo que estaba encima de la mesa termina en el suelo; las sillas y todo lo demás, están fuera de su lugar — Ella si quería hijos Carlos. Ahora no está pensando con claridad así que no puedes dejarla hacerlo, si lo hace va a arrepentirse.
— Yo no puedo entrar ahí, Dylan.
— ¡Tienes que!
Pateo las sillas que ya están en el suelo.
— Tienes que entrar y detener eso. Ella no puede hacerlo... ¡Maldita sea!
La impotencia que me entra es horrible. Quiero ir y decirle que pienso apoyarla en todo, que estaré ahí con ella cada maldito momento, ¡y no puedo!
— No la dejes Carlos, no la dejes hacerlo.
— Lo siento Dylan, yo no puedo hacer nada.
— ¡Maldita sea!
Termino aventando el celular y este se estrella en la maldita pared.
— ¡Maldita sea, maldita sea!
— ¿Señor, está todo bien? — pregunta la de limpieza.
— Recoge el maldito desastre y consígueme un puto teléfono, ¡pero ya!
Asiente repetidas veces y vuelve a salir de la casa.
Agarro el saco del sillón y salgo de la casa.
Subo al auto y conduzco a gran velocidad sin saber a donde me dirijo.
Amanda.
— ¿Está lista? Vamos a comenzar — cierro los ojos y sostengo la mano de Lily.
¿Qué estoy haciendo? ¿En verdad quiero esto?
Abro los ojos y observo a Liliana.
— ¿Crees que es lo correcto?
— Yo... yo no se.
¿Soy capaz de hacer esto?
— No — contestó mi pregunta — No no no, no estoy pensando con claridad, quizá es precipitado yo... necesito pensarlo bien.
Intento apartarme.
— Comenzaremos el proceso ya.
— Pero no quiero, ya me arrepentí, no voy a hacerlo — bajo los pies de donde los tenía.
Siento todo entumecido y me es muy difícil moverlos.
— ¿Está segura? Si se espera más ya no se podrá realizar la operación.
— No quiero — Lily me sostiene y me ayuda a levantarme — Lo lamento, yo... no puedo hacerlo.
Niego y las lágrimas escapan de mis ojos.
— Es su decisión señorita.
— No voy a hacerlo, no puedo — asiente — Sácame de aquí Lily...
Ella me ayuda a bajarme de la camilla y luego salgo del cuarto.
— No puedo hacerlo Lily... no puedo.
— Está bien nena... — me abraza — Yo voy a estar contigo siempre, no voy a dejarte sola ni un momento.
— Tengo miedo...
— Es normal, pero lo harás bien. Lo haremos bien ¿si? — asiento y vuelvo a abrazarla.
Una enfermera me entrega mi ropa y paso a una habitación para cambiarme.
Cuando salgo Lily me vuelve a abrazar y luego salimos de la sala en la que estamos para ir a la sala de espera donde está Carlos.
Cuando nos ve, se queda observándome más tiempo con expresión decaída.
Terminamos por acercarnos y observa a Lily.
— ¿Quedó listo? — pregunta temiendo por la respuesta, lo escucho en su voz.
Observo mis manos cuando el vuelve a observarme.
Por alguna extraña razón me siento rara, como si apenas comenzara a comprender lo que estaba haciendo, y me siento avergonzada...
— No lo hizo.
— ¿Enserio? — abre los ojos sorprendido — Guau... no se que decir.
Observa a Lily y luego de nuevo a mi.
— Ven aquí — me abraza — Me alegra que no lo hayas hecho, sinceramente creo que tomaste una decisión muy apresurada y... Aquí estaremos para ayudarte en lo que sea, no vamos a dejarte sola Amanda.
— Gracias — me separo y limpio algunas lágrimas — Me alegra tenerlos conmigo.
— Siempre — dice Lily y me abraza — Siempre estaremos ahí para ti Amanda.
YOU ARE READING
Amigos no ✔️
AdventureAmbos son mejores amigos desde hace ya 8 años, todo era normal hasta que comenzaron a mezclar sus sentimientos. Las discusiones, los celos, el deseo, era algo inevitable que comenzaba a surgir entre ellos. Les asustaba sentir de más, les asustaba...