19- Primer nacimiento

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-10 de Julio-

Amanda.

La tormenta no ha parado desde en la mañana y Dylan a estado en la sala desde las 5 am.

Me levanto de la cama con mucha dificultad y camino hasta la sala.

— ¿Todavía no terminas? — levanta su vista del computador y me observa.

— ¿Que haces de pie? Vuelve a la cama.

— Estoy aburrida.

— ¿Tienes hambre? — a cada rato quiere estar alimentándome este.

— No — deja el computador en el sillón y se levanta para acercarse hasta mi.

— Vuelve a la cama.

— No quiero estar ahí sola.

— Vamos.

Me lleva de nuevo y se acuesta conmigo.

— ¿Está todo bien? — le pregunto y asiente recostado en mi pecho y con su mano en mi panza.

— Solo mucho trabajo hoy, y eso que apenas son las nueve.

— Ya imagino.

— Las cosas se salieron de control en la mañana. Mi madre no puede con ello y Lizeth menos. Ayer sacaron los totales y las cuentas no dan, falta dinero y se armará un escándalo si ese dinero no aparece.

— ¿Que quieres decir? ¿Vamos a regresar?

— Lo más probable es que si.

— Pues si es necesario regresemos.

Mi celular suena y contesto al ver el nombre de Lily en la pantalla.

— Hola nena, ¿que pasa?

Ya va a nacer... — suelta un grito y me reincorporo en la cama — Carlos llamó un taxi y acaba de llegar, vamos para el hospital.

— Te alcanzamos ahorita.

Okey.

— Está bien, tengan cuidado porque la tormenta sigue.

Ustedes también tengan cuidado — cuelga y me levanto de la cama.

— ¿Que sucede?

— Ya va a nacer el hijo de Liliana.

Me coloco un pantalón de maternidad y los zapatos mientras Dylan marca a un taxi para que venga a recogernos.

— Ponte la sudadera — dice pasándome una de él —  Afuera sigue lloviendo y está fresco, no quiero que te enfermes.

— Estaremos bien, vamos.

Bajamos del autobús cuando el taxi llega y con el paraguas nos cubrimos hasta subirnos.

— Al hospital — dice Dylan.

Minutos mas tarde llegamos y Dylan pregunta por ella en recepción y nos dicen que ya entro en trabajo de parto y que Carlos está con ella.

Lo único que nos queda hacer es tomar café mientras esperamos a que Carlos salga y nos diga que todo salió bien.

— Comenzará su pesadilla.

— Cállate — él solo sonríe — Ella llegará a ser tu karma.

Coloco una mano en mi panza y él también coloca una.

— Ella no va a ser así — sonrío.

Más tarde Dylan se va a atender las llamadas de trabajo y minutos después sale Carlos sonriente a informarnos que ya nació y que todo salió bien.

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