7- Discusión

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-22 de noviembre-

Amanda.

A la mañana siguiente Dylan se lleva a sus hermanas a la casa de su abuela y en la tarde ya está de regreso en casa.

No puedo ni verlo.

Y luego él sigue enojado conmigo. Y yo también sigo enojada con él por haber metido a una estúpida a la casa.

Liliana llega más tarde por mi y no le cuento nada de lo qué pasó anoche, simplemente hablamos de otros temas.

Me lleva a su casa y nos ponemos a ver películas ya que aún sigue lloviendo como para salir a otra parte.

Ya en la noche me lleva a la casa y se va enseguida.

Entro a la casa y observo a Dylan en el sillón, agachado aspirando una línea blanca que estaba sobre la mesita.

— Dylan...

Cierra los ojos y luego posa su mirada en mi.

— Amanda — sonríe.

Está borracho y drogado.

— ¿Por qué, Dylan?

— Creí que no llegaría a casa hoy, con eso de que estás evitándome — se limpia la nariz.

— ¡Contesta la maldita pregunta! ¡¿Por qué lo hiciste?! ¡¿Por qué de nuevo?!

— No te incumbe — se levanta del sillón.

— ¡¿Ya olvidaste todo lo que pasamos?! ¡¿Lo que pasaste?! ¡¿Los desvelos en el maldito hospital?!

— No vengas a recriminarme ahora.

— Me dijiste que no lo harías más... Las cosas habían cambiado. ¿Qué ocurrió? ¿Por qué volviste a hacerlo?

— No es de tu incumbencia.

— ¿No es de mi incumbencia? ¡Yo fui la que siempre estuvo ahí contigo! ¡La que te cuidaba en el maldito hospital! ¡¿Y ahora no es de mi incumbencia?!

— Jamás te pedí que lo hicieras, te quedaste porque tú quisiste.

— Porque eres mi amigo...

— ¡Pero jamás te pedí que te quedarás! ¡Así que no vengas a echármelo en cara ahora!

Sollozo y aprieto mis labios.

— Lo único que quería era ayudarte...

— ¡Pero jamás te lo pedí! ¡Jamás necesite tu maldita ayuda! ¡Podía solo! ¡Te lo dije cientos de veces y aún así te quedaste! ¡¿Te pedí que te quedarás?! ¡No! ¡Así que vete a la mierda y deja de echarme en cara esa estupidez!

— No estás bien Dylan — intento acercarme pero se aparta — Te conozco, así que déjame ayudarte. Podremos salir de esto también así como lo hemos hecho anteriormente...

— ¡No quiero tu maldita ayuda! ¡Entiende! — me observa enojado — Estoy bien, joder.

— Si no me dejas ayudarte no se que más hacer por ti entonces. Y tampoco voy a quedarme para ver cómo vuelves hacer tu vida una mierda. Ni tampoco voy a quedarme para que sigas insultándome. Entiende que te estás destruyendo y de paso a mi y no lo voy a permitir...

— Pues vete.

— Lo haré, porque no pienso quedarme para volver a ver como te destruyes, para volver a ver como sufres.

— ¡Pues no pierdas más tiempo y lárgate a la mierda! ¡Vete! ¡Lárgate Amanda! ¡Lo único que sabes hacer es recriminarme! ¡¿Quien te crees que eres?! — se acerca enojado y el labio comienza a temblarme — Estoy cansado de tus malditos reproches y estupideces.

Amigos no ✔️ Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz