43.- PÉSIMO AUTOCONTROL

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Porschay estaba totalmente en shock, no podía dar crédito a lo que sus oídos habían escuchado, estaba seguro de haber imaginado a Kim decirle aquello, seguramente estaría soñando despierto después de que Kim le dió la noticia que el siguiente año se iría de Gira Internacional y su frágil mente ahora se encontraba imaginando una fantasía debido a lo triste que se sintió al pensar que no vería a Kim lo suficiente.

Kim buscó la mirada de Porschay y se llevó la palma de la mano a la cara, tapándose la sonrisa de ternura y desconcierto que se curvó en sus labios cuando sintió el dedo índice de la mano de Chay hundiéndose en su mejilla para asegurarse de que fuera real.

Las mejillas de Porschay se sonrojaron ante aquella reacción de Kim y agachó la mirada hacia el suelo, tratando de meditar al respecto de lo que Kim le había dicho, sin poderlo creer o entender. Kim retiró la mano de su rostro y se acercó a Porschay, pasando una mano por la cintura mientras le levantaba el mentón con su mano libre.

KIM: Tienes que dejar de pensar que cada cosa que te digo, es solamente parte de tu imaginación Chiquillo.- Le dijo con voz suave, mientras recorría la mano en su mentón, acariciándole la línea de la mandíbula y apoyándola en su mejilla.

Porschay se sonrojó aún más, reprendiéndose mentalmente por reaccionar de aquella manera infantil, no quería que Kim lo viera como un niño demasiado emocionado por el ofrecimiento de cumplir el más grandioso sueño que incluso él mismo no se había animado a imaginar con anterioridad, por más que en realidad fuera así y su corazón estuviera a nada de escapársele del pecho al solo imaginar aquello; se obligó a sí mismo a permanecer sereno y coherente, tal y como lo haría un adulto.

PORSCHAY: Lo lamento... no era mi intención reaccionar así... es solo que... supongo que no parece un ofrecimiento lo bastante justo para ti...

Kim frunció las cejas en un gesto de desconcierto, sin entender absolutamente nada de lo que Porschay acababa de decirle. ¿Dónde estaba su Chiquillo emocionado de hacía apenas un par de segundos?

KIM: ¿A qué te refieres con ello Porschay?- dijo mientras apretaba el agarre en aquella cintura.

PORSCHAY: Bueno, yo... no lo sé... le ofreces al Chiquillo acompañarte en una Gira Internacional y ser su maestro de música al mismo tiempo, con la única condición de que estudie una Carrera la cual por cierto siempre había querido estudiar... hace un rato me ofreciste ésta casa como mía... simplemente no me parece que sea justo para ti Kim...

Kim entrecerró los ojos, escuchando a Porschay mientras su cerebro llegaba a la conclusión de que aquella reacción seria y taciturna se debía a que Chay no quería que él lo viera como un niño emocionado el cual se la pasaba fantaseando cosas en su imaginación, se reprendió mentalmente a sí mismo por el comentario que le había dicho a Porschay, jamás lo dijo en modo de crítica, al contrario, pero pudo percatarse que ello hizo sentirse cohibido a Porschay y aquello era algo que no estaba dispuesto a aceptar, definitivamente en el futuro tendría más cuidado con posibles señalamientos en esa índole, pero de momento tenía que arreglar aquello.

Kim bajó sus manos con rapidez a la cintura de Porschay y levantó su peso, ganándose un sonido de asombro que salía de la garganta del aludido; colocó a Porschay sobre su regazo, ambos sentados en el banco de madera frente al piano, subió su mano derecha desde aquel lugar, pasando por su costado, subiendo a su clavícula y colocándola en el cuello de Chay, presionó un poco, haciendo que el rostro de Porschay y el propio quedaran apenas con unos centímetros de distancia. Habló con voz autoritaria.

KIM: No sé qué idea extraña se te haya instalado en la cabeza, pero quiero que te la quites en éste preciso momento porque no estoy dispuesto a aceptarla ¿De acuerdo?- Porschay lo observó callado, sin poder expresar una sílaba debido a la intensidad con la que lo miraban aquellos ojos frente a él mientras el brazo de Kim se apretaba alrededor de su cintura, juntando sus cuerpos. Continuo severo.

KIMCHAY→ Sí tuvimos nuestro final feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora