눈물 ; 𝘃

61 26 0
                                    

Soojin despertó sintiéndose cálida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Soojin despertó sintiéndose cálida. Podía oler el suavizante de telas de las cobijas y al ver el pelo negro de la que ya comenzaba a ver como su novia, se abrazó más a su cuerpo. Estaba tan cansada. Su cuerpo se sentía ligero. No había sentido hambre hasta ese momento. Ni siquiera sabía que le dolía la cabeza. Estaba demasiado adormilada. Era esa sensación de haber dormido mucho pero aún así sentirse aún más cansada. 

─Shuhua.

Escuchó que tocaban la puerta. 

Rápidamente sacudió a Shuhua y le tapó la boca para que no hablara. La pelinegra creyó que la estaban secuestrando, pero al ver esos ojos café recobró la confianza. 

─¿Ya estás despierta?─ Escuchó al otro lado y entendió. 

Soojin se tumbó rápidamente debajo de su cama. Era un espacio enorme. 

Shuhua corrió a abrir la puerta. 

─Tienes visitas. 

─¿Quien? 

─Tu padre. ─ se notaba a leguas que no se podían ver ni en pintura. ─Dijo que pasaría el fin de semana aquí. 

Vio a su abuelo mirar su habitación detrás de ella. 

─¿Algo más? 

─Solo apresúrate. 

Y eso fue suficiente para que Shuhua corriera a sacar a Soojin de debajo de su cama. 

─¿Escuchaste? 

─Sí, parece que se van a reconciliar aún más. ─ Sonreía, pero no se veía feliz. 

Shuhua la tomó en sus brazos y la abrazó fuerte. 

─En serio te extrañé. 

Volvió a percibir aquel olor que le molestaba tanto. 

─No sabía que fumaras. ─ Dijo de la nada. 

Soojin no respondió, estaba segura de que se había dado cuenta estando tan cerca y no tenía ganas de hablar. 

─Tienes que ir con tu papá. 

Quizá, solo quizá, el mayor error en esa relación, ocurrió en el momento en que Shuhua decidió darle su espacio. 

─Promete que hablaras conmigo. No vuelvas a irte 

─No lo haré. 

Soojin le dió un corto beso en los labios y se preparó para su huida. 

Estaba segura de algo, no había mentido cuando dijo que había sido el mejor día de su vida. 

Soojin miró una última vez la casa de Shuhua, no importaba cuanto lo hiciera, parecía irreal poder entrar a visitar a Shuhua con tanta facilidad. 

Dejó de permitir que su cabeza se llenara de ella y continuó su camino. 

Shuhua por su parte se encontraba más nerviosa que nunca. Podía verlo ahí, en el comedor con sus brazos cruzados mirando al reloj de la pared. 

𝐭𝐡𝐞 𝐛𝐫𝐢𝐝𝐠𝐞 𝐨𝐟 𝑡𝑒𝑎𝑟𝑠 ; ysh & ssjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora