Capítulo 1

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Ben tenía su cabeza apoyada contra el inodoro, se quejaba y gemía constantemente; respiraba con pesadez. Su mejilla, contra el frío concreto del inodoro, le recordaba que llevaba más de una hora en esa posición; sentado en el suelo, sosteniendo su abdomen con fuerza, queriendo que el dolor que desde hace días lo asechaba, se fue de una vez por todas. Gimió de nuevo cuando otra arcada llego a su garganta, anunciando que, de nuevo, iba a vomitar. Sin molestar en abrir sus ojos, posiciono su cabeza casi dentro del inodoro y dejo que saliera ­(si es que tenía algo más que vomitar). Se quedó en esa posición unos segundos, lamentándose en su interior.

Para cuando termino, soltó solamente pequeñas gotas de bilis, volvió a apoyar su mejilla y cabeza, quedándose así sin hacer ningún movimiento.

—No debí comerme esos tres burritos —murmuro, regañándose al mismo tiempo por su estupidez. Sin embargo, no le dio tiempo de seguir quejándose, pues, otra sesión de arcadas llego. Ben podía jurar que ya estaba más que deshidratado.

Y como si su miseria no podía ser más horrenda, pronto escucho los llamados de su prima, Gwen y los fuertes golpeteos en la puerta del baño. Maldición, va a tirarla, pensó en el proceso en que terminaba de vomitar y se incorporaba, esta vez, dejando el inodoro como soporte y recargando su espalda en la pared. Todavía apretaba su abdomen, como si eso fuera a desaparecer el dolor.

—Ben, ¡llevas más de una hora en el baño! —Gwen volvió a llamar sin dejar de golpear la puerta —¡apúrate, llegaremos tarde a clases!

Por su voz se escuchaba molesta y eso irrito un poco a Ben, quien gruño y con la poca fuerza que le quedaba, grito hacia la puerta.

—¡YA VOY!

Su grito debió asustar a su prima, pues, al segundo dejo de golpear la puerta, sin embargo, Ben sabía que todavía estaba detrás de ella, esperándolo. Dejo escapar un suspiro, cerró sus ojos nuevamente y se quedó ahí por unos segundos. Más tarde se levantó y camino hacia el lavabo, sabía que ese grito solo había asustado a Gwen por unos segundos, pronto iba a estar de vuelta golpeando la puerta. Mareado y debilitado, lavo su cara y se cepilló sus dientes, borrando el mal sabor de vómito. Por último, bajo el agua del inodoro, viendo como el vómito se iba, deseando que se llevara consigo su malestar.

Finalmente, abrió la puerta del baño, relevando a una Gwen con el ceño fruncido y los brazos cruzados, la ignoro y siguió de largo, caminando hacia su cama para tomar su chaqueta verde y su mochila. Por supuesto, para la pelirroja inteligente no pasó desapercibido la forma lenta de caminar y con pesadez de su primo.

—¿Estás bien? —pregunto acercándose lentamente hacia su primo para poder inspeccionarlo mejor. Ben hizo una mueca, no necesitaba a su prima haciendo de su madre.

—Estoy bien, solo comí algo que me cayó mal y vomite un poco, es todo —se encogió de hombros antes de colocarles la mochila —vamos, llegaremos tarde y estoy seguro de que nuestro chofer ha de estar gruñón por hacerlo esperar.

Sin esperar comentarios de su prima, salió de su habitación, se despidió de su madre en la cocina y salió de casa; afuera estaba el auto de Kevin, esperándolos para llevar a ambos Tennyson a la escuela. Y como Ben hacia predicho, Kevin estaba con el ceño fruncido cuando lo vio entrar, le mando una mirada furiosa junto con una amenaza.

—Si vuelves a tardar, te irás caminando a la escuela. —expreso con molestia el Osmosioano mientras arrancaba el auto y comenzaba a manejar a toda prisa.

—¿Sabes que siempre puedo usar a Jetray o Frío e ir a la escuela volando? —Ben contraataco las amenazas de Kevin, lanzándole una mirada de prepotencia a través del espejo retrovisor.

El curioso caso de Benjamín Tennyson [Kevin & Ben]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora