Capítulo 4

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Ben despertó con un dolor en el pecho, palpitando sin cesar. Podía sentir bajo su cuerpo un duro concreto, probablemente cemento. Cada parte de su cuerpo ardía ente cada movimiento que hacía, después del quinto movimiento para sentarse, decidió rendirse y quedarse acostado en el suelo. Aún mantenía sus ojos cerrados, en un intento de apartar el malestar, atacándolo por todos lados. Se quedó estático, sus brazos y piernas abiertos de par en par, casi como una estrella de mar. Dejo escapar un suspiro y trato de usar sus oídos para ubicar en donde podía estar; no estaba la voz de su madre o de la doctora, no sentía el olor a hospital en la habitación. Sabía que no estaba en la sede de los plomeros, lo último que recuerda es a Frío tomar control de su cuerpo. Frío, se dio cuenta poco tiempo después que era el quién hablaba susurrante en su cabeza. Frío, el causante de que estuviera embarazado.

Tenía que abrir sus ojos y levantarse, solucionar todo el problema causante. Lentamente, comenzó a abrir sus perlas verdosas, sin embargo, no logro reconocer el lugar donde estaba. Frunció el ceño y como pudo, ignorando el dolor, se sentó; miro a su alrededor, todo era verde, el suelo, el cielo. No había nada más que muros negros con rayas verdes. ¿Estoy dentro del auto de Kevin? Fue su primer pensamiento. Se llevó una mano a su cabeza, dándose cuenta de que llevaba su ropa habitual, eso lo confundió un poco, recordaba estar con la bata del hospital.

¿Será que estoy soñando? Fue su otro pensamiento, mientras soportando todo el dolor, se levantó. Comenzó a caminar de forma lenta, mirando hacia todos los lados con extrema confusión. Estaba desorientado, por más que intentara recordar si había estado en este lugar antes, nada llegaba a su memoria que le permitiera familiarizarse con el sitio.

—¿Dónde estoy?

"Estás dentro del Omnitrix"

Una voz susurrante retumbo por todo el lugar. Ben se detuvo en seco, mirando asustado hacia dónde provenía la voz. Pronto, dentro de las sombras, Frío apareció, volando lentamente hacia Ben, sus alas, preciosas, dando una sensación de superioridad. Ben trago saliva, y dio un paso hacia atrás.

"No tengas miedo, no voy a lastimarte"

Ben quería creerle, pero una sensación de temor recorría su espalda. No podía ignorarla.

—¿Qué hago aquí? —pregunto, para apartar su miedo. Frío seguía volando hacia él, estaba tranquilo, confirmando que no iba a atacarlo.

"Quería hablar contigo y ahora que tengo más poder sobre tu mente, te traje aquí. Tu cuerpo sigue estando en la sede de los plomeros, por si te lo preguntas"

Ben asintió lentamente, metiendo las manos en su chaqueta para parecer relajado.

—Entonces... sé muy bien de lo que quieres hablar.

Frío asintió y revoloteo un poco alrededor de Ben antes de hablar.

"Me disculpo por no decirte antes sobre las crías, era mi deber protegerlos y no lo hice"

—Está bien, supongo que no había una forma de decírmelo. Además, la explicación de la doctora fue mucho menos traumatizante, estoy bien con que me haya enterado de esa forma —le sonrió al necrofriggian frente a él para hacerle entender que no estaba molesto, o incómodo con la noticia.

"Lamento también que no pudieras librarte de esto, mi especie se reproduce cada 80 años, si o si" Frío se movió un poco más cerca de Ben, aliento helado soplo sobre su rostro, pero no llego a lastimarlo.

—Está bien, lo entiendo, es parte de lo que eres —murmuro —y este es el precio que debo de pagar por tenerte atrapado aquí —miro a su alrededor, deteniéndose en Frío. —deber ser mi karma, seguro.

El curioso caso de Benjamín Tennyson [Kevin & Ben]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora