Capítulo 10

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Ben no paraba de caminar de un lado a otro, daba vueltas en la sala de su casa mientras apretaba a su teléfono con fuerza. Estaba nervioso y ansioso. Desde anoche no sabía nada del osmosiano, su último mensaje fue dándole ánimos para que pudiera hablar con Gwen, luego el osmosiano dejó de responderle, dejando a Ben con la preocupación en su cuerpo.

No sabía qué había pasado, si las cosas habían salido bien o no. Estuvo toda la noche dando vueltas en su cama, sin poder dormir por la ansiedad de no saber lo que había ocurrido, pensando en los peores escenarios donde una Gwen enfurecida llegaba a matarlo por haberle robado al novio. ¿Exagerado? Mucho.

Ben finalmente logró dormirse cuando Kevin le dejó un corto mensaje donde le decía que pasaría por su casa por la mañana. Solo así pudo dormir, sin embargo, despertó por la mañana, ansioso e inquieto, acariciando su vientre para calmar sus nervios y comiendo poco, pues estaba tan nervioso que el solo pensar en comer, le provocaba vómitos.

Y ahora aquí estaba, esperando a Kevin con desespero, se mordía el labio y miraba la hora en el reloj colgado de la pared, Kevin parecía estar tardando una eternidad.

Cuando escuchó el sonido del auto de Kevin, salió corriendo hacia la puerta, abriendo la puerta antes de que Kevin pudiera hacerlo. Frente a él estaba el osmosiano, tranquilo, sonriéndole levemente. Ben, por su parte, expresaba preocupación en su rostro y no tardó en abrazar a Kevin en cuanto lo tuvo cerca.

El abrazo fue duradero, Ben apretando a Kevin lo más que podía. Apoyo su mentón en el hombro del más alto y cerró sus ojos, dejándose llevar por ese momento de tranquilidad. Luego se separaron y Kevin, tomando su mano, lo llevó hacia el sofá donde lo ayudó a sentarse. Kevin intentó ponerlo cómodo, pero Ben no estaría cómodo hasta que Kevin le contara lo que había pasado.

Y así lo hizo, Kevin comenzó a contarle todo lo que había pasado, todo lo que le dijo a Gwen y como esta se había tomado la noticia. Ben escuchaba atentamente, acariciando su abultada barriga para relajarse, portaba un holgado suéter, la suave tela lo acariciaba, calmándolo un poco.

Kevin seguía contando lo sucedido mientras acariciaba una de sus manos, dejando círculos imaginarios con sus dedos, dándole seguridad al castaño, haciéndole entender que todo estaba bien. Cuando Kevin término de hablar, le regaló a Ben una sonrisa, sus caricias y su toque en su mano nunca se fueron.

Ben dejó escapar un suspiro mientras procesaba todo lo que había escuchado.

—Entonces... ¿Gwen está bien con todo esto? —pregunto en un bajo murmullo, mirando a Kevin con incertidumbre.

—Bueno, es difícil decirlo. Estaba algo dolida, pero yo diría que está bien, quiero decir, no se alteró ni nada. Estaba molesta al principio, pero creo que lo entendió al final. Simplemente, hay que darle algo de tiempo a solas.

Ben asintió lentamente, apartando un poco la mirada. Miro hacia la mesa de centro, pensando en su prima. Quería saber lo que pensaba justo ahora, ¿estaba molesto con él? ¿Lo odiaría para siempre? ¿La amistad que habían creado ya no existía? Lo que menos quería era perder a su prima, la quería mucho. Pero entendería si ella no vuelve a hablarle, no la culparía. Aceptaría lo que vendría a partir de ahora.

—Oye —Kevin tomó con suavidad su mentón para que pudiera verlo —Todo va a estar bien.

Ben quería creer eso. Le sonrió levemente a Kevin, tragando saliva después. No quería llorar, pero estaba tan sensible que no podía evitarlo. Kevin notó que el castaño parecía romperse y rápido se apresuró en tomarlo en sus brazos, dejando que se acostara en su pecho. Kevin lo envolvió en sus brazos y dejó besos en su frente, sobre su cabello, en un intento de consolarlo.

El curioso caso de Benjamín Tennyson [Kevin & Ben]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora