Final III

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Ben ama la manera en que Kevin siempre lo toca, sutil y suave, como si fuera de porcelana. Ama también la forma en que lo sostiene, sus manos sujetando sus caderas, sin querer nunca soltarlo, sin querer dejarlo ir. Ama la forma en que se mueve dentro de él, la forma en que gime su nombre. Ben ama gemir el nombre de Kevin mientras se mueven en una sincronía perfecta con sus cuerpos, reconociéndose, juntándose y volviéndose uno solo. Sus pieles chocan, el sonido mezclado con sus gemidos, jadeos y los chasquidos de sus labios al besarse, hacían la orquesta perfecta, dejándose escuchar por toda la habitación. Se tocan con delicadeza y lentitud, tomándose todo el tiempo del mundo para dejar acariciar por todos lados. 

Es de mañana y el sol se deja ver a través de la ventana, pintando sus cuerpos desnudos con el reflejo de la luz. Mientras amanece y los pájaros cantan anunciando un nuevo día, Ben y Kevin se toman uno al otro, se unen de nuevo como la primera vez hace solo un par de horas. Sus corazones danzan al mismo ritmo, las embestidas son cada vez más placenteras, llenándolos de sensaciones electrizantes. Bajo las telas finas de la cama, bajo las suaves y blancas sabanas, hicieron el amor, soltando leves "te amo" en medio de jadeos. Sus frentes siempre unidas para tener más cercanía. Se besan con calma, sin prisa; son besos llenos de ternura, amor, llenos de deseo y placer.

Kevin ama ver a Ben bajo de él, ama la forma en que se mueve dentro de su culo, su pene dentro de Ben es un deleite, lo envuelve y lo hace sentir como en el paraíso. Kevin ama ver el rostro sonrojado de Ben, sus ojos entrecerrados, boca abierta, mientras jadea, disfrutando del momento. Para Kevin es una vista hermosa.

Kevin ama ver a Ben moviendo sus caderas, pidiendo más. Ama acariciar sus caderas, su cintura. Ama mover sus manos por todo el cuerpo de Ben, tocar su piel aterciopelada. Ama presionar sus dedos sobre la suave piel de su novio, dejar sus huellas, una muestra de que Ben le pertenece, es suyo para siempre.

Kevin ama ver a Ben perderse en el deseo y el placer, al mismo tiempo, ama la forma en que ambos se complacen, ambos se entregan y dan todo de sí, disfrutando del otro. Hacen del sexo algo mágico, lleno de amor. Kevin nunca había experimentado algo como estoy y ama que Ben haya sido el primero. El primero con el que puede estar así, el primero con el cual se entrega de la manera más hermosa y humana posible. Solo ellos son partícipes de eso, solo ellos saben los sentimientos que estar así provoca en ellos, solo ellos sienten las emociones, recorrer sus pieles perladas, productos del sudor.

Se dicen te amo ante cada embestida y movimiento de caderas. Se dicen te amo y susurran sus nombres entre cada jadeo y gemido, proclamando su amor. Lo morboso queda atrás y se entregan en cuerpo y alma. Se entregan todo de sí, en este acto de amor que únicamente les pertenece a ellos dos.

Se sienten en el paraíso cuando llegan al orgasmo, cuando este los cubre en una bruma de sensaciones que los ciega, los mareas, haciéndole ver estrellas. Se llena de emociones fuertes, haciéndoles creer que en cualquier momento van a explotar. Ben mueve su rostro y a ciegas busca el de Kevin, toma sus labios con los suyos y lo besa con sutileza y amor. Pronto llegan al orgasmo, junto dan el último aliento, el último te amo de este mágico momento. Cuando terminan, Kevin se tumba en el pecho de Ben, antes de moverse a su lado. Ambos jadeando en busca de aire, mientras se recuperan del momento. Se quedan tirados en la cama, desnudos y arropados desde la cintura para abajo con una sábana sucia, llena de sudor y semen. Después se están abrazando, Kevin envuelve uno de sus brazos detrás de Ben y comienza a dejar caricias por toda su espalda. Ben tiene acostado su rostro en el pecho de Kevin, dejando círculos imaginarios con sus dedos. Se regalaban tiernos y perezosos besos en conjunto con tiernas sonrisas. Se pegan más contra sus pieles, queriendo estar así para siempre.

Ambos se miran en silencio, acariciando sus rostros. Kevin pasa sus dedos por la suave piel de Ben, provocándole leves cosquillas, Ben sonríe y cierra sus ojos por unos segundos, dejándose llevar por el momento.

El curioso caso de Benjamín Tennyson [Kevin & Ben]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora