El curioso caso de Benjamín Tennyson [Kevin & Ben]

Final I

En un parpadeo, la vida de Ben cambio para siempre. Ahora todo giraba en torno a la pequeña niña en sus brazos. Blue se convirtió en la luz de su vida y su alegría de todos los días. Ya sonaba como madre, pero no le importaba. Blue era su razón de levantarse con una sonrisa. Su vida nunca se había sentido tan tranquila y normal desde que conoció a su hija. Ben amaba escuchar su llanto exigiendo comida y atención. Poco le importaba que sus horas de sueños fueran un desastre, durmiendo por pequeños lapsos de horas. Ben era feliz de escuchar su nuevo despertador. Claro que extrañaba dormir todo lo que quisiera y no hacer nada durante el día, pero también amaba estar con su hija, aprender a cuidarla, aprender a amarla. Eso no lo cambiaría por nada.

Desde que Blue llego, era todo lo que se hablaba en casa; rápidamente se convirtió en el centro de atención, enamorando a todos con su sonrisa y sus hermosos ojos verdes. Era una niña encantadora, todos estaban cautivados con ella. Los días resultaban mejores solo con la presencia de la niña, todo era felicidad en la casa Tennyson. Claro que el agotamiento por cuidar de un bebe era molesto, eso no impedía que Ben disfrutara cada momento que pasaba con su hija, su nueva adoración.

Poco a poco se estaba acoplando a la vida de Blue, aprendiendo cada día a ser padre. Ben comenzaba a vivir por y para Blue, sirviéndole solo a ella. Sin embargo, no dejaba su vida de lado, después de todo, seguía siendo un adolescente de 17 años con ganas de vivir y disfrutar la vida. No obstante, con el tiempo y con la llegada de Blue, aprendió a ser más maduro y responsable; atrás había quedado el Ben holgazán y prepotente, que amaba ser el centro de atención, que amaba salir en la televisión, siendo el famoso Ben Tennyson, salvador del universo. Era curioso, pero desde que Blue llego, no extrañaba nada de eso. Había vuelto a usar el Omnitrix, después de que Blue cumpliera tres meses de nacida; fue difícil dejarla para ir a una misión, pero tenía un trabajo y una responsabilidad que atender. Sin embargo, las misiones que tomaba ahora solo eran de alto riesgo, las que necesitaran de alguien como él y su Omnitrix para poder vencer a lo que sea que estuviera asechando en algún planeta. Así que la mayor parte del tiempo, estaba con su hija y con su novio; Kevin.

A pesar de que las cosas habían cambiado, Ben y Kevin habían fortalecido su relación, siendo más unidos, siendo más cariñosos y amorosos uno con el otro. Puede que ahora no tuvieran tanto tiempo a solas, pero cada que podían, se acurrucaban en el sofá o en su cama y veían películas, a veces simplemente hablaban o pasaban largos minutos en silencio completándose hasta que alguno de ellos se durmiera. Todavía no habían pasado de los besos y caricias, quizás algún toqueteo en sus partes íntimas. Cada que podían, cuando Blue se los permitía y tenían tiempo a solas en casa, tenían pequeños encuentros que no pasaba más de simples roces, pero que mantenía viva la llama de la pasión en su relación.

Solían usar esos momentos para recuperar el tiempo perdido, la intensidad en llegar a algo más carnal, los carcomía día a día. Pero ellos estaban siendo pacientes, querían esperar el momento perfecto para dar ese gran paso en su relación. Para Ben, era sorprendente que, a pesar de todo, a pesar de que ahora tenía una hija sobre sus hombros, Kevin siguiera con él, ayudándolo con todo. El osmosiano había tomado una responsabilidad que no le pertenecía y la había vuelto suya. Cuidaba y amaba a Blue como si fuera suya. Ben no podía estar más agradecido, encantado de verlos a ambos interactuar. Blue amaba a Kevin y Kevin la amaba a ella, Ben amaba verlos con una sonrisa observando a su hija y a su novio jugar en el suelo alfombrado de su habitación. Era sorprendente lo rápido que ambos habían forjado una conexión, Blue se había apegado a Kevin de una forma casi inexplicable, queriéndole a él más que a sus abuelos y que al mismo Ben. Eso lo ponía celoso a veces, su hija prefería pasar tiempo con Kevin antes que con él. Pero no podía culparla, él también había caído en los encantos del osmosiano. En el fondo, le gustaba creer que eran una familia, solo ellos tres contra el mundo.