Capítulo 12: Las complicaciones de una cita.

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Q ya se besen las protas dice.

××××


__ No te preocupes... Comprendo __ 

Mimi se encontraba en la puerta escuchando la amena y larga charla que había tenido su dueña por teléfono. No es que le importe, en cambio, si no se trataba de su costosa purina y atún no quería saber nada. 

__ Está bien Rydel... Descansa, podemos realizarlo otro día. __ 

Delcy trataba de hacer entrar en razón a la chica, después de haberse enterado por medio de un no tan chismoso Dante que Rydel ha estado en el hospital toda la semana. Cubriendo dieciocho horas por día, y el viernes estuvo 24 horas seguidas. 

__ No quiero cancelar la cita, si quieres que descanse armemos la cita en tu casa, veamos películas o algo, no sé. __ 

La dueña de casa se sorprendió ante la sugerencia, sus mejillas se sonrojaron levemente. No se le habría ocurrido una cita así nunca, tal vez más adelante pero como para ser la primera no. 

Suspiró agotada, llevaba como una hora tratando de convencer a Rydel de cancelar la cita y que descanse. Pero ésta insistía en que vayan a algún lugar. Y con esto último si le decía que no, probablemente se enojaría y no querrá más salir con ella. 

No quería arriesgarse tanto. 

__ Bueno, esta bien... __ 

Aceptó, escucho el festejo que realizó la otra en el otro lado de la línea. Como si hubiese ganado un premio o algo por el estilo. 

__ ¿A qué hora me voy? _ preguntó Rydel. 

Delcy se dedicó a observar su alrededor por un segundo, todo estaba limpio y en orden. Solo le faltaban algunas cositas en el almacén que solucionaría rápido. Miró al gato quien para ese momento estaba de espaldas a ella, observando hacia el radiante día que lucía este sábado. 

__ Como a las cuatro estaría bien... A esa hora ya tendré todo listo __ 

__ Ok, nos vemos a esa hora... Pero pasame tu dirección jeje __ 

Delcy se rió ante el tono que usaba Rydel, como si aquello fuese tan atrevido. 

__ Dale... Nos vemos preciosa __ el halago se escapó a la par que colgaba su teléfono. Sus mejillas nuevamente se sonrojaron, esta chica la tenía soltando palabras tiernas y tratando de comprender a las personas. Le había hecho añicos a la Delcy que no estaba interesada en alguna relación. 

__ Mimi nos vamos a comprar algunas cosas __ informó al gatito que venía acercándose. 

No tardaron bastante en salir de casa, irse al super más cercano y regresar a preparar todo. 

El gato reclamó por la comida que se le había comprado, y mientras Delcy se dedicaba a organizar bien la sala para ver la película que quiera ver Rydel, se la dio. 

Y para terminar se acostó en el sofá, el mismo que recientemente Delcy terminó de aspirar y cepillar sus pelitos sueltos. La mujer quería reclamar pero el gatito estaba profundamente dormido, que si le gritaba despertaria a toda la cuadra pero nunca a Mimi. 

Eran pasadas las tres cuando escucho el timbre sonar. Miro a través de la cámara quien venía y para su sorpresa ya era Rydel. 

Ella ni siquiera se había bañado aún, tenía el cabello enmarañado y su ropa era un total desastre. 

Corrió a la puerta y sacó su cabeza para gritar desde ahí. 

__ ¡Pasa! Está abierto el portón __ indicó, la rubia sacudió su mano saludándola. Delcy se miró en el pequeño espejo y trató de arreglar un poco su pelo y sacudir el polvo de su remera. Pero no fue suficiente, ya que Rydel entró con total alegría.

A Las Tres || G×G©Where stories live. Discover now