Historias Cortas De Hansy

DECISIVO.

Tranquilidad, soledad y silencio.

Así se sentía este lugar, no sabía en dónde me encontraba ni quién era, pero se sentía tan bien.

El no poder sentir ya nada, después de sentirlo todo, el dolor y la desesperación se habían ido. Las ganas de morir también.

Llevaba horas caminando sin sentido y todo se veía igual, paredes, suelo y pasillos de un reluciente blanco, eran lo único que me acompañaban.

Un susurro interrumpió el silencio.

- Es hora de volver -

Trate de identificar la voz pero nada venía a mi, no podía recordar nada.

¿Volver?

No, yo estaba bien aquí.

Aquí no había dolor, tristeza, ni ningún sentimiento horrible. Quería seguir así, ya no quería sentir más.

- ¿Ya terminaste de huir? - pare en seco, cuando apareció de la nada.

No reconocía quien era esta mujer que había aparecido, su largo pelo azabache y sus ojos de un cálido verde, con un brillo hermoso, hicieron que mi mente diera un clic.

La había visto, la conocía, mi mente me lo decía pero no lograba recordar quien era, mi cuerpo empezó a tener reacciones, mi corazón se aceleró.

Cerré los ojos y empecé a negar, me tenía que alejar de ella, me estaba haciendo sentir y no quería. Empecé a correr y correr pero cada que pensaba que la había perdido, volvía a aparecer de la nada frente a mí.

- Es absurdo que intentes escapar, no perdamos más tiempo y escúchame - negué, estaba apuntó de volver a correr cuando volvió a hablar - Pansy Parkinson ¡basta! - mi cuerpo quedó rígido.

- ¿Ya olvidaste todo por lo que luchaste - seguía sin poder moverme, la sensación de miedo se apoderó de mi.

- ¡NO, BASTA! - grite para que se callara - duele por favor - supliqué, la sensación de miedo volvió.

- Te estas olvidando de lo que era importante para ti, deja de escapar de ello, sé que duele ¡por Salazar que lo sé! - intento acercarse y yo retrocedí.

- No lo sabes, no tienes idea, déjame, aquí estoy bien, aquí ya no duele, ya no quiero que duela - mi boca la sentía seca.

Me miró con tristeza, ese cálido brillo dejó de ser tan intenso y por algún motivo odie que fuera por mi.

- Si te quedas aquí, si decides hundirte en tu mente para olvidar el dolor, y no regresas dime ¿Qué pasará con Daniel? ¿ah? - mi respiración se corto ante esa pregunta.