Historias Cortas De Hansy

Reencuentro (2)

¿Cómo demonios enfrentas a la persona que más amaste, pero que al mismo tiempo fue él que más daño te hizo?

Todos se imaginaban o llegaban a la conclusión de que al ser la ex de Draco Malfoy, haber sido una maldita los primeros años de Hogwarts y haber querido entregar a Potter; sería yo la que le causaría daño al gran Harry Potter.

¡Pero no! ¡las cosas no fueron asi!
Sólo puedo decir que me enamoré como una idiota.
El supo llegar a mi de la forma que nunca nadie había llegado, ni siquiera Draco. Recuerdo perfectamente como fue que inició todo.

Él había terminado con la comadreja menor y yo ¡bueno! Nunca tuve relación alguna con Draco, él sólo llegó una noche y me dijo que estaba completa e irremediablemente enamorado de Astoria Greengrass.

Yo me alegré por él, ya era hora que Draco encontrará el amor, necesitaba un descanso después de todo lo ocurrido, la guerra cobró un alto precio y más a nosotros.

Harry y yo comenzamos a pasar tiempo gracias a mi trabajo como sanadora en San Mungo y gracias a que su trabajo como Auror lo mantenia en constantes vicitas al hospital. Yo era una de las Sanadoras que se encargaba de cuidar y sanar a los Aurores.

Él un día llegó con heridas graves no sólo físicas si no también emocionales, había terminado con la comadreja mejor.

Resultó ser que ella no había sido del todo sincera con él al momento de retomar su relación.

¿Qué tiene que ver todo eso conmigo?

Qué mientras curaba sus heridas él liberó todo su dolor contándome lo que había pasado, yo sólo lo escuché callada, no podía decir nada, lo único que hice fue invitarlo a comer.

Y esa comida se convirtió en meses de salir a comer al mismo lugar.
Todos pensaban que por mi el había terminado su relación con la menor de los Weasley.

¡Vaya mentira!

-¿Estas bien?- su pregunta me devolvió de mis recuerdos.

Yo asenti con la cabeza y aparte sus manos cuando ya no tenía el riesgo de caer.

-¿Cuándo volviste a Londres?- comentó como si nada; como si no hubiera tanta historia entre nosotros.
Eso me hacía enojar de sobremanera.

-Disculpe pero eso creo que no es de su interes- contesté evitando tener contacto visual.

Porque de mirarlo sé que mis sentidos flaquearian.

-Pan ha pasado ya mucho tiempo- susurro tan bajo que de no estar tan cerca de él no lo habría escuchado.

- Así sólo me llaman mis amigos- hable con el poco coraje que tenía en ese momento.

Me separe de él sin mirarlo, evitando que notará el nerviosismo en mis manos. No quería verlo, no podía verlo, seguía amandolo como una loca y sabía que al mirar de nuevo esos ojos, mi corazón volvería a vivir y no me dejaría razonar correctamente.

- Pansy por favor- en su voz había un deje de súplica.

Contra todas mis fuerzas lo mire, con enojo. ¿¡Él estaba sufriendo!?

- ¿Por favor?- reí con sarcasmo- ¿tú te atreves a pedirme un favor a mi?- deje de mirarlo no soportaría mantener mi autocontrol si lo seguía viendo.

- Sé que no tengo derecho de pedirte nada- ¡Salazar como amaba su voz!
-¡Concentrate Parkinson!- me reprendi.

- Tienes mucha razón- respire para tranquilizarme- no tienes ningún derecho para pedir nada- me aleje de el y deje de mirarlo.

- Hablemos ¿Si?- preguntó con un tono de voz débil.