Decepción total

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Minutos, solo unos pocos minutos para que el partido empezará, un partido que trataba de ganar o perder no había segundas oportunidades, nos empezamos a formar, Gavi iba delante de mí, volteó a verme y le sonreí.

—¿Dónde te gustaría ir cuando volvamos a Barcelona?  —preguntó Gavi con una mano en su boca.

Solíamos hacer eso para que nadie se enterara de lo que nos decíamos, me acerqué más a él.

—Me encantaría ir a Tenerife,  podemos ir juntos, ¿te gustaría ir conmigo? —pregunté.

—Claro, me encantaría ir contigo.

Le di un apretón en el hombro.

—Ya está entonces, tenemos viaje cuando volvamos a Barcelona.

—Cambiando de tema, tú necesitas un gol y yo seré quien te de la asistencia.

Sonreí por eso.

—Tal vez sea al revés y quién te de la asistencia sea yo y tú quién eche el gol.

El sonrió y negó con la cabeza, se volvió a poner en la fila y empezamos a salir, le tomé la mano a la pequeña niña que estaba a mi lado, al salir al campo los gritos de los aficionados eran increíbles, tanta multitud, todos ellos viniendo a ver a la selección española, no podíamos decepcionarlos, nos aliniamos, fuimos los primeros en cantar en nuestro himno y luego fue Marruecos, al terminar, todos nos dispersamos en el campo esperando saber cual seria nuestra portería, luego de unos dos minutos Busquett nos indicó donde jugariamos el primer tiempo, cada quien se fue a su posición y el partido empezó.

La defensa marroquí era difícil de romper, no encontrábamos por donde entrar, ya se iban a cumplir los primeros cuarenta cinco minutos del primer tiempo y aún no podíamos echar ningún gol, nos faltaba arriesgar más, necesitábamos más trabajo en las bandas, el árbitro pitó y el primer tiempo se había terminado.

En los vestidores nos dieron algunas indicaciones de lo que teníamos que mejorar, por donde debíamos de atacar, terminó nuestro descanso y el segundo tiempo dio inició.

Estábamos jugando mejor, Gavi estaba haciendo un gran trabajo, pero también se arriesgaba a que le hicieran varias faltas lo que nos favorecía por los tiros libres, pero me preocupaba que lo lastimaran o que él le respondiera y le sacaran tarjeta amarilla, tuvimos buenas oportunidades.

El míster iba a empezar a hacer los cambios, cambios que pensé que iban a mejorar nuestro juego, pero sacó a Gavi y metió a Ansu, no quiero decir que Ansu sea malo, pero Gavi estaba haciendo un gran trabajo, pero el míster sabrá porque hace esos cambios.

El segundo tiempo ya estaba por terminar, los cambios del míster no habían mejorado mucho nuestro ataque, solo Morata que buscaba el gol con cada pase que recibía, el árbitro pitó el final, lo que significaba que nos íbamos a tiempo extra.

Nos hidratamos, Gavi se acercó y pasó su brazo por mis hombros.

—Vamos canario.

Le sonreí y me dieron unas ganas de besarle, pero no podía.

—Vamos que aún podemos ganar —decía Morata.

Pero todos sabíamos que el desgaste físico que traíamos de haber jugado todo el partido era un poco de desventaja.

Los primeros quince minutos del tiempo extra empezaron, Marruecos empezó a presionar más, nosotros respondiamos con los contraataques, pero la precisión para poder anotar el gol era lo que nos faltaba.

Los segundos quince minutos fueron más pesados, nosotros queríamos anotar, ellos también querían hacerlo, el míster sacó a Nico Williams y metió Sarabia, seguramente estaba pensando en los penals, jugamos lo mejor que pudimos hasta el final, tuvimos una oportunidad de ganar cuando un disparo de Sarabia pegó en el paral y luego se terminó el tiempo extra.

Los penales no eran el mejor escenario, el portero y los disparadores tenían una gran responsabilidad o se volvían héroes o villanos, el míster ya había dicho quienes eran los primeros tres disparadores los demás lo podíamos escoger entre nosotros.

Marruecos iba a empezar a disparar, Unai Simón tenia una gran responsabilidad, pero no pudo atajar el penal, luego seguíamos nosotros, Sarabia empezaría y su disparo pegó en el paral.

—Puta madre —escuché a uno de mis compañeros.

El siguiente penal tampoco lo pudo atajar Unai, Soler tenía que echar este disparo, pero el portero marroquí se lo atajó, nuestras esperanzas se empezaban a desmoronar, el siguiente disparó Unai lo pudo atajar.

—¡Vamos! —gritamos todos.

El tercer disparo lo iba a tirar el capi, Busquett se acomodó, todos pendientes en ese disparo que al final término fallando, cada vez más fuera del mundial, la única esperanza que nos quedaba era que Unai atajara el siguiente penal, pero Hakimi undió nuestras posibilidades de estar en cuartos de final cuando anotó el tercero de Marruecos dejando a España fuera del mundial. Todos vimos como ellos festejaban y lloraban de alegría y nosotros sufriamos la derrota, Morata lloraba, todos estábamos decepcionados, los hinchas españoles también lloraban, todo era una catástrofe.

Me senté en el pasto, algunos pasaban dándome palmadas en el hombro, ya todo se había acabado tendríamos que volver a casa.

—Venga tio levántate, —me tendió la mano, se la tomé y me ayudó a ponerme de pie— nos iremos con la frente en alto, hicimos un gran juego, sí, tal vez no clasificamos, pero esto apenas es el comienzo.

Lo abracé y él me lo devolvió, estuvimos así por unos minutos y luego nos separamos y fuimos a los vestidores.

—Mirad el lado bueno iremos juntos a la hermosa Tenerife.

—Te quiero, Peque.

—Y yo a ti canario.

Haber perdido era horrible, pero tenerlo a él era lo mejor.

Inesperada derrota (Gadri)Where stories live. Discover now