Una apuesta

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Gavi

Révise el celular cada cinco segundos esperando algún mensaje o llamada de Pedri, pero eso no pasó.

—Es hora de desayunar —me avisó mi hermana.

Me levanté de la cama y fui al comedor, ahí estaban mis padres.

—Buenos días cariño —me saludó mamá.

Yo solo sonreí y tomé asiento, el desayuno transcurrió con total tranquilidad, al terminar ayudé a levantar la mesa y luego me fui a dar una ducha.

Cuando ya me encontraba vestido, salí a caminar un poco, amaba a mi familia y confiaba bastante en mi hermana, nunca he podido mentirle creo que es a la única persona a la cual nunca le he dicho una mentira.

Las ganas de salir a caminar solo fue una excusa para atrasar la plática con mi hermana.

Los minutos pasaron al igual que las horas, por lo que tuve que regresar a casa, pero me detuve en una cafetería al ver a Amber con una chica castaña que cargaba a un bebé de cabello negro.

—¿Qué estoy haciendo?

Seguí caminando hasta llegar a casa, esta vez no tuve que tocar el timbre.

—Ya volviste —dijo mamá saliendo de la cocina—, tú hermana a ido a comprar unas cosas, me dijo que la esperaras que tienen que hablar.

—Espero que Aurora se tarde demasiado.

Iba a subir las escaleras cuando escuché que papá me llamaba.

—¿Por qué volviste tan pronto de tu viaje?

No podía decirle la verdad sobre lo de Pedri, para ellos yo salía con una hermosa joven.

—Pedri y problemas familiares —respondí y subí las escaleras.

Llegué a mi habitación y  empecé a desempacar y guardar mis cosas. El almuerzo había sido una total delicia, aún con las indirectas de Aurora y su mirada acusadora que no les di mucha importancia.

Se sentía tan raro no haber hablado con Pedri, desde que nos hicimos mejores amigos no había un solo día que no habláramos y ahora ni un mensaje de él tenía, aunque no debía de esperar tanto de Pedri yo también podía mandarle un texto, pero no lo haría él fue el que se fue sin dar ninguna explicación.

Puse una película de comedia para distraerme y dejar de pensar en él. Una película se terminó volviendo en tres y luego en cinco, la noche ya había caído me sorprendí por lo rápido que había pasado el tiempo.

—Cariño, iremos a cenar afuera, no te duermas tarde —dijo mamá y me dio un beso en la cabeza.

—Nos vemos campeón.

Ambos salieron, dejándome solo con mi hermana que al escuchar a la puerta siendo cerrada se vino a sentar a mi lado.

—Ahora si podemos hablar —dijo con emoción.

—Te escucho.

Escogí otra película y me acomode, poniéndome más cómodo.

—¿Qué pasó con Pedri en Tenerife?

Me encogí de hombros.

—Nada.

—¿Nada? —inquirió.

Yo negué con la cabeza.

—Pablo, no me mientas —dijo amenazante—. No puedes decirme que no pasó nada,  cuando apenas han pasado casi un día y ya han regresado.

—Ni un día pasamos ahí, Pedri regresó ayer por la mañana.

Ella guardó silencio y yo seguí viendo la película o eso intentaba hacer, pero ahora lo único que estaba en mi cabeza era Pedri.

—¿Qué sucedió?

Tenía que decirle todo o Aurora seguiría insistiendo y se volvería molesto.

—Pensé que la pasaríamos increíble, pero nos encontramos con unas conocidas de Pedri y una de ellas término siendo su ex pareja, primero fuimos a la piscina, pero el no quiso y regreso a la suite, ya de noche fuimos a la playa platicamos y luego regresamos a dormir, ya por la mañana tocaron la puerta, me desperté y no lo encontré, él ya se había ido y solo había dejado una nota corrí hacia la planta baja para ver si podía alcanzarlo y fui cuando lo vi besándose con su ex que ahora es su novia, porque regresaron, fue un gran viaje, la pasé de maravilla.

Volvió a quedarse callada por unos minutos.

—¿Qué sentiste cuando lo viste besándose con otra?

—No lo sé, solo quería que esa tía se apartara de Pedri.

Otro silencio se hizo en la sala.

—¿Él te gusta? —preguntó seriamente.

¿Me gustaba Pedri? No lo sabía con certeza.

—No me puede gustar mi mejor amigo y si así fuera no arriesgaría nuestra amistad solo por una relación.

—Es muy gracioso lo que dices, sobre lo de no arriesgar la amistad por una relación, pero no pensastes en eso cuando aceptastes esa apuesta.

Carajo ya empezamos, siento que estoy hablando con una psicóloga.

—Aurora solo es una apuesta no le hará daño a nadie —dije quitándole importancia.

—Pues por esa apuesta tú y Pedri están peleados y no se han hablado, ¿crees que solo es una apuesta?

Tal vez tenía razón y haber aceptado aquella apuesta no había sido la mejor decisión, cuando me le déclaré a Pedri sentí una sensación extraña y esa sensación volvió cuando yo lo besé y luego él me volvió a besar, no pensé mucho en eso porque tampoco quería darle un nombre a esa sensación.

—Te estás enamorando, ¿verdad? —preguntó.

Me puse de pie y fui a la cocina, ella venía detrás de mi, me serví una vaso de agua.

—Respondiendo a tu pregunta, no me estoy enamorando, Pedri solo es mi mejor amigo.

La mirada que me dio me dejó entender que no creía en mis palabras.

—Sabes que creo —empezó a decir—, que aceptastes esa apuesta para comprobar si te gustaban los chicos o no, además de confirmar que si eso que sentías por Pedri cuando lo conocistes solo eran nervios o otra cosa que te asusta aceptar.

Tomé un poco de mi vaso con agua.

—Creo que ya es tarde y mamá me dijo que me durmiera temprano, así que si me disculpas me iré a descansar —dije.

—Sabes que tengo razón sobre lo de Pedro —dijo cuando pasé por su lado.

Debí pensar muy bien antes de haber aceptado esa apuesta y declararme ante Pedri, debí pensar en las consecuencias antes de seguir su beso y decirle que lo quería, debí de pensar en todo eso, pero no lo hice.

Inesperada derrota (Gadri)Where stories live. Discover now