Vuelo incómodo

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Mi mañana no ha sido la mejor, pues me he levantado con un humor de mierda, le he gritado a mi hermano varias veces, mamá me ha regañado por mi actitud y papá solo se reía.

—No seas gilipollas y apúrate que Gavi me debe de estar esperando.

Mi hermano me hizo mala cara.

—No soy tu chófer cabrón.

Ambos nos subimos al coche nos pusimos el cinturón y Fer empezó a manejar, en poco tiempo llegamos a la casa de Gavi, me bajé y fui ayudarle con la maleta.

—Hola revoltoso.

Me miró mal y se montó en el coche, metí la maleta en la cajuela y fui de nuevo a montarme.

—Sí, si fue increíble —dijo Gavi sonriendo.

—¿De qué hablan? —pregunté, ambos se quedaron en silencio—Vale, no me quereis decir, vamos conduce que llegamos tarde al aeropuerto.

Durante el trayecto, Gavi y Fer hablaron alegremente se llevaban muy bien eso me alegraba, pero a mí me dejaron de un lado ni una vez se dirigieron a mí.

—Llegamos —anunció Fer.

Me bajé del auto un poco enfadado fui a sacar las maletas, revisé la hora en mi celular y ya era tarde, empecé a caminar con mi maleta, Gavi bien podía llevar la suya.

—Joder canario podrías esperarme —dijo Gavi—, ¿estás enojado?

—Estoy de puta madre no ves.

Pasamos la revisión, la azafata nos indicó nuestros lugares, fuimos a nuestros asientos a Gavi le había tocado al lado de la ventanilla.

—Gavi —lo llamé, pero no obtuve respuesta.

Lo vi suspirar.

—Gavi —lo volví a llamar, él me volteó a ver, pero no se miraba feliz.

Iba a decirle algo cuando una chica apareció con un celular en su mano grabandonos.

—Lamento molestarlos, pero podríamos tomarnos una foto —dijo la chica muy emocionada.

Volteé a ver a Gavi que asintió con la cabeza, nos tomamos la foto y la chica se fue, pero minutos después otras personas llegaron a pedirnos fotos y autógrafos, todo era incómodo.

—Esto es una mierda —dijo Gavi molesto—, tú estás con un humor horrible y tampoco podemos viajar con tranquilidad.

Otra chica se estaba acercando, pero negué con la cabeza y ella se dio la vuelta.

—Lamento mi comportamiento, no me levanté de buen humor, discutí con una persona hoy por la mañana, —me acomodé en el asiento— el vuelo solo dilata tres horas y algunos minutos.

A recostó su cabeza en mi hombro.

—Eso es mucho tiempo.

—Verás que pasara rápido —le acaricié la mejilla.

Me puse a escuchar música, el tiempo fue pasando rápido, Gavi se había dormido con su cabeza en mi hombro, luego estaria con un poco de dolor en el cuello.

Ya faltaba poco para aterrizar por lo que empecé a mover a Gavi para que se despertara.

—Es hora de despertar.

Separó su cabeza de mi hombro y se sobo el cuello.

—¿Te duele el cuello?

Él asintió.

—¿Cuánto dormí? —preguntó con voz ronca.

—Casi todo el vuelo.

El avión aterrizó y nos bajamos sin ningún problema. Al salir del aeropuerto buscamos un taxi para que nos llevará al hotel.

—Ha sido un largo viaje, tengo  hambre y me siento cansado —dijo Gavi viendo por la ventanilla del auto.

—¿Cansado? —pregunté divertido— Pero si haz dormido durante todo el viaje.

—Eso no importa me siento cansado.

—Con ese cansancio que tenés no disfrutaremos de Tenerife y pasaremos todo el viaje solo en la cama.

Gavi me volteó a ver desconcertado, yo lo vi raro, pero reflexione sobre mis palabras y sonaban un poco, solo un poco raras.

¿Un poco? Haz dicho que pasarían en la cama, ¡en la cama!

Sí, pero no me refería a eso.

—A lo que me refiero es que tenemos que salir, no sólo estar en la habitación.

El taxi se detuvo y nosotros nos bajamos, nos adentramos al hotel donde nos recibió una linda recepcionista.

—Buenas tardes —dije con una sonrisa.

La chica levantó la mirada de su computadora y me sonrió.

—¿En qué puedo ayudarles? —preguntó de manera cortés.

—Tengo una reservacion.

—¿A que nombre? —preguntó, le dije mi nombre— Espere un momento —revisó en su computadora, volví a ver a Gavi que se miraba tímido—, claro, Junior suit con vista al mar, tenga su llave, el botones les ayudará con su equipaje y les indicará donde queda su habitación, disfrute de su estadía.

—Muchas gracias.

El botones quiso tomar nuestras maletas, pero yo negué con la cabeza, él nos guió hacia nuestra habitación, le di un poco de propina y se retiró.

—Le estabas coqueteando a la recepcionista —fue lo primero que dijo al entrar en la hermosa suit.

Un gran comienzo de conversación.

—¿En que momento le he coqueteado yo? —pregunté sin darle mucha importancia al tema y tirandome en uno de los sofás.

—Esa sonrisa que le regalastes, ¿acaso crees que no te conozco?

Me reí por la escena que estaba armando.

—Deberías disfrutar de la vista que tenemos, además no sé en qué te molesta, tú y yo no somos nada —dije divertido, pero la sonrisa se borró de mi rostro al ver a Gavi.

—Tienes razón debo de disfrutar de esta hermosa vista, me iré a bañar.

—Pero el vuelo solo ha dilatado tres horas, ¿por qué te vas a bañar?

—Que mierda te importa a ti si yo me quiero bañar —dijo enojado.

Ahora sí la había cagado.

Por hacerte el chistocito te pasa esto.

Puta madre, tendré que irme a disculpar.

—¡Gavi! —grité y lo fui a buscar a una de las habitaciones.

Escuché el agua de la ducha, me senté en la cama esperando a que saliera, pero tardó un largo tiempo.

—Podrías salir de mi habitación, por favor —dijo sin mirarme a la cara.

Madre mía que cuerpo que tiene este chaval, varias veces lo había podido ver sin camisa, pero nunca le había prestado tanta atención.

—Venía a disculparme —dije enfocando mi vista en otra cosa que no fuera su torso—, solo estaba bromeando, posiblemente lo que tengamos no tenga un nombre propio, apenas fue hace tres días que me dijistes que te gustaba y apenas ayer yo acepté lo que siento por ti —me puse de pie y lo mire a los ojos—, te quiero y eso no lo va a cambiar una recepcionista de cabello castaño y ojos miel, tú me gustas, tías como ellas las encuentro en cualquier lugar, pero a alguien como tú no lo podría encontrar ni que buscara por todo el mundo, dejad de sentir celos, confía en mi, me gustas tú, pequeño revoltoso.

Lo vi sonreír y supe que ya no estaba enfadado conmigo.

—Todo lindo, pero eso de "revoltoso" lo jode todo, ahora sal de mi recámara que tengo que vestirme.

—Pero ya no estás enojado conmigo, ¿no?

—No canario, pero salí que tengo que ponerme ropa.

Hice lo que me pidió y fui a mi recámara, salí al balcón y vi el hermoso paisaje, es que este lugar era hermoso y se vuelve más hermoso cuando vienes con una persona importante, sonreí, ya no cabía ninguna duda, ese chico me traía loco.

Inesperada derrota (Gadri)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum