Él es mi novio

2K 104 14
                                    

Pedri

Cerré los ojos y respiré profundo, luego exhale lentamente.

—¿Por qué estás tan nervioso?

Volví a ver a Fernando.

—No lo sé.

Me miré en el espejo nuevamente, me acomode el cabello.

—Te miras bien, solo relájate.

—No es tan fácil.

Uno, dos, tres, todo va a estar bien.

—Solo es una cena, no es como si le fueras a pedir matrimonio a Gavi —me quedé en silencio—. ¿Lo vas a hacer?

Matrimonio.

Flash-back

La sonrisa que tenía era tan hermosa.

—¿Algún día seremos como ellos? —preguntó.

Dirigí mi mirada hacia De Jong y su esposa, eran una gran pareja se notaba el amor que se tenía.

—¿Te refieres a casarnos?

Lo escuché suspirar.

—Tal vez, pero me refiero a poder tomarnos las manos en la calle, poder salir con los chicos como pareja, gritarle al mundo que eres mío.

—Te prometo que haremos todo eso, revoltoso.

Le di un beso en la cabeza y seguimos viendo el partido.

Fin del flash-back

—¿Qué pasa si lo hago? Si le pido matrimonio.

—Pedri, sabes que me hace muy feliz vuestra relación, pero un matrimonio es una gran responsabilidad, además ¿cuánto tiempo lleváis juntos?

Se escuchó que tocaron la puerta.

—Puedes ir a abrir.

Fer se puso de pie, me dio una última mirada y salió de la habitación. Me sente en la cama y miré mis zapatos, tenía que tranquilizarme solo era una cena.

Vamos, hemos pasado por tantas cosas como para tener miedo ahora.

La puerta se abrió, el olor de su colonia inundó la habitación, sonreí de lado.

—Bienvenido revoltoso.

—Fer me dijo que estabas nervioso.

Levanté la mirada y que suerte tenía de tener a Pablo conmigo.

—Un poco —le sonríe.

Me tendió la mano y me ayudó a ponerme de pie.

—Solo es una cena, canario.

Tomó mi rostro entre sus manos y me besó, sentí el sabor a menta, amaba la forma en que me besaba siempre con delicadeza, pero a la misma vez con un deseo. Separó sus labios de los míos y empezó a besar mi cuello.

—Nuestros padres llegarán pronto —le dije cerrando los ojos.

—Estoy seguro que Fernando los puede entretener —empezó a desabotonar la camisa, se alejó y me miró a los ojos, sonrió de lado—. Que afortunado soy de tenerte, Pepi.

—Pienso lo mismo.

Ahora fui yo quien empezó a besar su cuello haciendo un camino de besos hasta llegar a su boca, puse mis manos en su cintura.

Inesperada derrota (Gadri)Where stories live. Discover now