Capítulo catorce

15.7K 489 26
                                    

MARFIL MARTÍNEZ


Después de un vuelo larguísimo porfin llegamos a Madrid. Hoy hemos salido del hotel súper temprano por la mañana y mi cuerpo me recuerda ahora las pocas horas de sueño que he dormido por culpa de cierto sevillano, pero madre mía si ha valido la pena...mis piernas siguen doliendo.

Dame la bolsa anda, que vas más cargada que una mula—dice Pablo mientras me coge una de mis bolsas sin preguntar y se la cuelga al hombro para seguir hablando con mi hermano.

Han estado de cháchara todo el vuelo y me sorprende lo bien que se llevan, pero bueno mejor para mi.

—¿A que hora os sale el vuelo para Barcelona?—pregunta Aurora a mi lado.

—En dos horitas más o menos, estoy deseando llegar a mi casa y meterme en mi cama, los vuelos me revientan—digo suspirando.

Pablo y su familia se van a quedar tres días más en Madrid ya que quieren visitar a familia que tienen aquí antes de volver para Barcelona. Muchos otros jugadores también se despiden aquí ya que cada uno tiene que volver a su casa para estos días de descanso.
Mi padre tiene reunión mañana por la mañana en Las Rozas pero mis hermanos, mi madre y yo volvemos para casa ya hoy.

La prensa y millones de fans están esperando cuando salimos de la zona vip para acompañar a los que se quedan aquí y despedirnos. Algunos jugadores se paran a sacarse fotos y yo me coloco las gafas de sol mientras salimos a fuera donde ya están algunos coches esperando.

Llega el momento de las despedidas y entre que me ha bajado la regla hoy por la mañana y estoy demasiado sensible creo que en cualquier momento me voy a poner a llorar a lágrima tendida.
Los jugadores se abrazan entre ellos y veo cómo Ayme y Morata vienen a abrazarme.

—Cuidate mucho enana, sabes que cualquier cosa tienes nuestro número—me dice Álvaro mientras me abraza.

—Gracias por todo chicos, sabéis que en Barcelona tenéis una casa para cuando queráis—digo yo mientras me seco las lágrimas.

—Y ya nos irás informando cómo van las cosas con el renacuajo—dice Laporte mientras me revuelve el pelo. —Que aunque nos separemos queremos estar todos informados de las actualizaciones—dice riendose.

—Sigo diciendo que sois unos marujas, pero os iré informando no os preocupéis.—me rio yo antes de darles un último abrazo antes de que se vayan.

Unai viene a abrazarme después de ellos y yo vuelvo a llorar de nuevo. Odio las despedidas por si no se había notado.

—Cuídate grandullón—le digo yo entre lágrimas mientras le acaricio la espalda.

—No llores mujer, si nos vamos a volver a ver pronto, que malo será que no demos organizado todos una barbacoa o algo así—dice  el intentando animarme.

—Cuento con eso—digo yo sonriendo.

El resto de jugadores que se quedan aquí pasan por mi lado y todos me abrazan antes de subirse a los coches. Me acerco a donde están los padres de Pablo y su madre me abraza con fuerza.

—Ten buen vuelo cariño, en cuanto volvamos a Barcelona que sepas que estás invitada a comer a casa—me dice Belén haciéndome sonreír.

—Muchas gracias Belén, disfrutar estos días aquí que luego ya hay que volver a la rutina—digo yo con una sonrisa mientras voy a abrazar al padre de Pablo.

—Cuídate preciosa, ya tengo a mi hijo amenazado con que te mande muchas fotos.—me dice el haciéndome reír.

Enserio, sus padres son dos soles.

EVITERNO ; pablo gavi.Where stories live. Discover now