Capitulo diecinueve

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PABLO GAVI

—Decídete de una vez tío—se queja Pedri.
—Llevamos dando vueltas tres horas por el centro comercial y aún no has pillado nada.

—Es que no sé si le va a gustar...

Mi mejor amigo suspira pidiendo paciencia mientras se pasa una mano por la cara.

—¡Pues claro que le va a gustar zoquete!—me grita.—Si lo importante es tener el detalle, lo que le regales en si le va a dar igual porque lo que importa es que te has acordado de ella.

Hemos venido los dos al centro comercial para que me ayude a comprarle el regalo a Mar, porque en dos dias es Navidad y aún no le he cogido nada. Nos hemos recorrido prácticamente todas las tiendas pero ahora mismo me estoy replanteando el hecho de no haber traído a mi hermana para tener una opinión femenina. He visto algo que creo que le puede gustar pero no estoy al cien por cien seguro.

—Pffff—digo agobiado. —¿Se lo pillo entonces?

—Pues claro joder, si estoy al 200% seguro que le va a encantar.—me anima Pedri. —Pero por dios, entra de una puta vez que llevamos tres horas dando vueltas y estoy hasta el culo.

Entro por fin a la tienda y escojo bien lo que quiero, me lo envuelven y me dan el ticket de regalo por si acaso antes de pagar con el móvil.
Me he gastado una pasta, pero me lo puedo permitir y ella además lo merece así que no hay más que decir.

—Ale, ya está—le digo al canario que me está esperando sentado en unos sofás enfrente de la tienda. —Vámonos capullo, que solo sabes dar la vara—lo vacilo yo ganándome que me eche el dedo medio mientras nos encaminamos al coche.

Tenemos entrenamiento en media hora por lo que nos dirigimos a la ciutat esportiva mientras escuchamos Quevedo a todo volumen. Algunos fanáticos están en la puerta esperando a ver si les firmamos pero vamos fatal de tiempo por lo que no nos paramos.

Las redes están a reventar desde que el lunes nos vieron salir a Mar y a mi juntos del Joan Gamper en su coche. Todo dios habla de nosotros diciendo que si estamos juntos, pero la verdad es que no van mal encaminados vaya.

A pesar de eso me fastidia bastante que se metan en mi vida privada, sé que soy un personaje público y tengo que aguantar ciertas cosas porque es lo que toca, pero hay personas que se pasan cuatro pueblos diciendo ciertos comentarios hacia la morena, y eso no me gusta ni un pelo. Menos mal que sabe llevar bastante bien este tipo de cosas, pero intento animarla todo lo posible a que pase de esa gente, ya que los fans de verdad van a quererme igual esté soltero o en pareja porque lo principal es que yo esté feliz, y ella me hace feliz.

Eric y Ferran están hablando fuera de los vestuarios cuando llegamos, aún falta gente por llegar así que no hay demasiada prisa por cambiarse.

—Que pronto llegáis para ser vosotros.—comenta Eric cuando nos ve llegar. —¿Y este milagro?

—Pues de pura chiripa porque este cenutrio me tuvo tres horas en el centro comercial dando vueltas—comenta Pedri.

—¿Fuiste a comprar el regalo de Navidad de mi cuñi a que si? Que romántico Pablito—pregunta Ferran con una sonrisa mientras me revuelve el pelo.

—Es que eres un bocas tío—le digo al canario mientras le doy una ostia. —No te llevo a ningún sitio más de acompañante.

—Calla un rato enano, a ver si no te hago de taxista más—se ríe Pedri mientras me pasa un brazo por encima de los hombros. —A ver enserio, que es muy cuco lo que le compraste, con eso la tienes en el bote pero fijo.

EVITERNO ; pablo gavi.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz