Extra uno: Sí quiero

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MARFIL MARTÍNEZ



—Tata, ¿me puedes explicar cómo puedes ser tan puto diosa?—me pregunta mi hermana sentada en la silla del probador.
—Este vestido te queda como un guante.

—¿Tú crees?—pregunto insegura mientras me miro al espejo.

—Porfavor tía, si estás buenísima que hasta te daría yo, y eso que soy hetero.—me dice Laura haciéndome soltar una risa. —Llevas ese vestido y esta noche carricoche asegurado.

—Pues que suerte, porque yo con el pedazo bandullo que tengo ya se me quitaron las ganas de todo.—dice mi hermana de morros.

—Hombre normal hija mía, que estás de siete meses y vas a tener gemelos. Ya bastante bien lo estás haciendo.—le digo animándola yo. —Venga, me llevo este y pista. Que estoy hasta el culo de estar dentro del centro comercial.

Sí, mi hermana Sira está embarazada. Ferran y ella van a ser papis primerizos dentro de nada y además de eso no viene uno, si no dos de golpe ya que van a ser gemelos. Se quedó embarazada pocos meses después de la boda, y a pesar de no buscarlo pues ahí están dándolo todo y cada vez más nerviosos y emocionados porque los nenes nazcan.

—Porfavor y gracias, que ya me estoy agobiando hasta yo y eso que no me estoy probando nada.—dice la rubia mientras yo me quito en vestido.

Hemos venido las tres a un centro comercial de Barcelona a comprarme un vestido para mí ya que hoy hace cuatro años que estoy saliendo con Pablo y me tiene una sorpresa preparada, además de que vamos a ir a cenar fuera pero aún no sé ni a donde.

Lleva unos días demasiado sospechoso y eso me parece un poco raro, pero como este niño le dan quebrantos a veces que sabe Dios, tampoco quiero darle demasiadas vueltas.

Salimos del probador tras haberme puesto mi ropa y nos encaminamos hacia la caja para que pueda pagar el vestido. Tengo que admitir que es monísimo, de color azul fuerte con escotazo y pegado por todo el cuerpo hasta debajo de las rodillas, ya que es corte midi y tiene las mangas largas. Ya tengo pensado combinarlo con unos tacones negros que tengo en el armario y nunca me pongo.

Salimos hacia el parking donde está el coche de Laura aparcado. Metemos todo en el maletero y nos subimos las tres mientras Laura conecta su móvil al coche para poner música. Las tres cantamos canciones de Karol G dándolo todo mientras la rubia se encamina hacia mi casa para dejarme a mi primero ya que en dos horas tenemos que estar listos para la cena, ya que lo único que me ha dicho Pablo es que la reserva es a las nueve.

—Ferri me acaba de decir que acaba de llegar a casa, así que me supongo que los chicos también ya que estaban juntos en el club.—dice mi hermana mientras mira su móvil.

—Eso espero, porque después tengo al pesado de turno metiéndome prisa para que termine de arreglarme y me entran ganas de estrangularlo.—digo yo provocando la carcajada de las otras dos.

—No seas exagerada nena, que te trata como una reina y no puede estar mas enamorado de ti porque no se puede.—dice la rubia mientras conduce sacándome una sonrisa.

Sí tiene razón con lo que dice. Tengo muchísima suerte con él.

Si ya lo sé, pero no se lo digáis que luego se me crece.—digo yo riéndome.

Ellas niegan con la cabeza antes de seguir nuestro camino hacia mi casa, que es la primera parada. Antes de bajarme del coche, cuando aparca en doble fila delante de mi casa, cojo las bolsas y les doy un abrazo a cada una para despedirme. Ellas ya me empiezan de marujas mientras Sira baja la ventana y me empiezan a gritar que ya les contaré los detalles luego. Yo me rio y les echo la lengua antes de entrar en mi casa y ver como su coche arranca antes de abrir la puerta principal con mi llave.

EVITERNO ; pablo gavi.Where stories live. Discover now