Capítulo 12

1.2K 44 5
                                    

Adeleide

Parte 3

La canción Final feliz de Danna Paola inunda la pista de baile y el hombre detrás de mí no para de moverse como todo un experto siguiendo mis movimientos joder que rico se siente estar bailando con este adonis.

—Soy la correcta ¿No?— pregunto sin dejar de moverme

—Estoy bailando contigo— deja besos húmedos por mi cuello —he ahí la respuesta a tu pregunta—.

No disimulo la sonrisa que sale de mis labios.

No paro de contonear las caderas de lado a lado me siento en el limbo.

Con sus manos toca mis muslos y basta con eso para que sienta mis bragas mojarse

—¿Ya te dije cuán bien se te ve ese vestido?— pregunta y eso me eleva al cielo

—No, ¿Te gusta?— pregunto

— Lo resumiré en que desde que te vi bailar me aprieta el pantalón— deja un beso en mi clavícula y con una mano agarra mi culo.

—Y me cuestiono cómo te follaré ¿Con el puesto o sin el?— mete su mano bajo mi vestido manoseando mi nalga —De las dos formas tal vez—.

Parece estupido pero me prende más cuando me habla así.

—Primero con el vestido y después sin él—.

Bailamos y bailamos. Yo me siento como en un sueño, No todos los días se baila con un hombre como este.

Él pasea sus manos por mi cuerpo y se siente también que lo haga.

Se lo que quiero y lo que quiere él. Desde que llegué a la empresa mi sexo chorrea, se derrite con solo mirar a este hombre.

Y joder después de el primer beso no paró fantasear con él

—Ya vámonos—. demanda sacándome de mis pensamientos

—¿Tan pronto?—. Pregunto al notar que ya empieza a caminar entre el gentío

—No soy un hombre con paciencia— toma mi mano al ver que me quedo de pie mirándolo y avanza conmigo

—Y yo no soy una mujer que reciba órdenes— se detiene y vuelve hacia mi pegando nuestros cuerpos dejándome sentir su ereccion bastante notoria. Alza una ceja

—Fuera de lo laboral—. Aclaro

—Pues te acostumbras—. Repite lo de hace un momento tomando mi mano y llevándome tras él —Que a mi no me gusta la desobediencia—. seguimos caminando —te lo he dicho tantas veces que me sorprende que no te lo hayas grabado ya—. Espeta.

No digo nada solo avanzo con él tomada de la mano. Mi parte consciente desea sentir su cuerpo pegado al mío, me siento como una perra en celo al tener tantos pensamientos calientes con el hombre que me lleva de la mano a la mesa donde estábamos sentados, nunca me había sentido de tal manera más que con él, esta necesidad de sentir su miembro dentro de mí, he conocido hombres bastante atractivos pero debo admitir que nada se le compara.

Perversa Obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora