Perversa Obsesión

Parte 21

"ADELEIDE"

No puedo creer que mi vida esté de este modo, ya se que la vida puede dar vuelcos inesperados pero a veces son demasiado inesperados.

Me sorprende lo pequeño que es el mundo, encontrarme a un guapo y que sea conocido de el otro guapo, JODERRR, eso solo me pasa a mi a caso.

Ya estoy en mi oficina y comienzo a hacer mis deberes y papeleos del día de hoy.

No quiero amargarme el día pensando cosas que no o en personas que no, algo bueno de hoy es que no debo ver a mi jefe solo hasta antes de mi hora de salida para así entregarle todo lo que me pidió juntos, así que puedo disfrutar el resto de mi día sin tener que tratar con él.

•••

Se me ha pasado el día entre tanto escribir, revisar documentos, leer y observar que todo esté bien.

Hasta ahora ha sido un buen día y no se si eso esté mal, no todo puede ser bueno.

Pasa un rato y mi celular se enciende con la noticia de que un número desconocido me está llamando.

No quiero emocionarme pero creo que ya se quien es...

Atiendo la llamada.

—Buen día, ¿hablo con la hermosa señorita a la que tumbe un café encima?—. Dice y me saca una media sonrisa

—Mmm, creo que está equivocado de persona caballero, supongo que la señorita a la que le tiro el café encima estaría muy enfadada como para darle su número—. Respondo

—Cierto, eso sería real si la señorita no fuese tan amable y encantadora como para pasarme su número—. Dice con cierto encanto

Me rio un poco.

—¿Como te encuentras Zayn?—. Pregunto

—Muy bien y contento porque atendiste mi llamada, no pensé que lo harías—. Dice

—Claro que lo haría, debo cobrar venganza por ese café que me tiraste—. Bromeo

—Bueno, al menos ya se que no debo llevarte a un lugar donde vendan café—. Suelta una risita

—Jajaja, lo bueno es que existen más líquidos que el café—. Digo

—Ya veo que tu intención si es vengarte, no me queda de otra más que aceptarlo, también fue mi culpa—.

—Sabes que es broma, ¿cierto?—. Digo ante la seriedad de su respuesta

—Jajaja, lo sé guapa, aunque si lo quieres hacer está bien, lo merezco,¿A que hora es tu almuerzo?—.

—En 25 minutos, ¿y el tuyo?—. Pregunto

—El mío también, ¿Te apetece comer una de las mejores pastas y beber café, sin derramarlo, claro está—.

—Yo encantada—. Digo

—Vale, pasó por ti, nos vemos en unos minutos belleza—. Se despide

—Esperaré entonces—. Termino la llamada

Se ve que es un hombre con mucha labia.

•••

—No sabía de este hermoso lugar—. Le digo al atractivo hombre que yace sentado frente a mi.

—No es muy público—. Me dedica una sonrisa —Es un lugar al que me gusta venir casi siempre, la pasta que hacen es la mejor de la ciudad—. Come un poco de la pasta que hay en su plato.

—Si ya lo creo, nunca había probado una pasta tan exquisita—. Hago lo mismo que él.

—¿En Francia hacen algo como esto?—.