Capítulo 17

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Adeleide

—¿Qué te paso en la lengua?—. Pregunta Isabel quien conduce a mi lado.

Si, Isabel, por fin después de milenios me encuentro con mi bella amiga conduciendo camino a mi empleo.

Se ofreció ya que según ella tiene mucho que no nos vemos y cuando salga también pasará por mí para tener la tarde juntas.

No me desagrada para nada la idea al contrario, compartir tiempo con ella y Ailén es lo mejor pero mi estado de ánimo no se encuentra en su mejor punto.

—Nada—. Respondo.

—Inicio de semana y ya estás de amargada—. Rueda los ojos.

La miro y no quita la vista de la carretera.

—No dormí bien y me duele la cabeza—. Hago una mueca de disgusto.

No miento al decir que no dormí, una persona ocupó mi mente toda la noche y aún no quiere salir de ahí.

Estoy tan molesta con él, nadie merece ese trato, es un jodido egoísta, idiota, hijo de...

Suspiro, su mamá no tiene la culpa de haber creado a ese monstruo de hijo.

—Tómalo con calma ady—. Me acaricia el hombro. —Además en unos minutos verás al adonis de tu jefe—. Dice emocionada

Y me acaba de empeorar el humor. Es lo que menos quiero en este momento, ver a ese jodido imbécil.

—No te noto emocionada—.

No lo estoy.

No le he mencionado nada a nadie ya que no quiero amargar más mi mañana.

—¿Porqué lo estaría?—. Pregunto con molestia

—Pensé que ustedes...—.

—Te lo dije, no hay nada que no sea laboral—. Le digo y muestro una sonrisa forzada.

Da la vuelta y se deja ver más cerca el enorme edificio Vaconti.

—¿Qué pasa con el polvo de aquella vez?—. Entre cierra los ojos y sonríe

—Solo fue eso querida—.

—Ajá—.

Antes de que diga algo más hablo.

—Hay una chica con la que hablo un poco, su nombre es Ángela—. Digo y me mira un segundo. —Me dijo que no tiene amigas y me parece bien que la conozcan tú y Ailén—.

—Encantada estaré yo—. Dice sonriente

—También podríamos invitar a Sofía y Ruby—. Digo y su rostro cambia.

Siento algo en el estómago cuando se estaciona frente al gran edificio Vaconti.

—Sofía y yo tenemos problemas—. Dice y me sorprende ya que Sofía es muy tranquila. —Y...no quiero separarlas pero por el momento no creo que sea bueno que la vea—.

Perversa Obsesión Where stories live. Discover now