Parte 20

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VALENTINO

Llego a mi pent-house con la ira quemándome las venas.

Ese hijo de puta se quiere tirar a Adeleide.
No lo juzgo, Adeleide es jodidamente atractiva pero no es motivo para que se meta con lo que es mío.

Me pongo un pants negro y una playera de tirantes.
Me dirijo a la habitación de boxeo y me pongo los guantes.

Esta es la única manera de no romperle la cara a alguien.
Golpeó el saco una y otra vez sin parar.

Las gotas de sudor recorren mi rostro y cuerpo.

Resuena el sonido de los golpes en la habitación.
Me duelen un poco los músculos ya que mis golpes no son suaves pero ni así ceso mis golpes.

Después de unos cuantos minutos decido descansar y tomar una ducha.

Estoy cansado pero molesto.

La francesa esta tarde fue muy decidida a no caer en mis juegos.

Joder mientras más la veo firme, intentando no caer, resistiendo las ganas de besarme, me provoca más.

Tiene mucho temple, cada que la tengo cerca o la pienso mi polla no se hace esperar y toma la dureza de una piedra.

Es tan jodidamente atractiva y seductora, pero también terca, necia, soberbia.

Me meto a la ducha y al salir tomo el celular y llamo al número de la persona que atiende al tercer pitido.

—Hola—. Responde Abigail

—¿Estás ocupada?—. Pregunto

—Me sorprende que me preguntes eso, siempre que llamas es para tener rounds de sexo y poco te importa si estoy ocupada o no—. Dice y ruedo los ojos.

—Eliot pasará por ti a tu departamento en menos de 30 min. Aquí te veo—. Sin más que decir cuelgo la llamada.

Abigail siempre está dispuesta para mí, siempre lo está y no negaré que me atrae físicamente, es atractiva, voluptuosa, es la mujer que nunca se niega a coger conmigo y de la manera en que a mí me gusta, es lo mejor que se adapta a mi manera sin quejarse.

«Adeleide también se adaptó»

Maldita mente traicionera.

•••

Observó atentamente a Abigail que está sentada al borde de la cama quitándose la lencería de encaje blanco que trae puesta encima, lo hace lentamente mientras observo todo.

Le gusta "provocarme" cuando realmente yo la provoco a ella.
Joder tengo la polla hecha una piedra de lo dura que está pero también la sangre me hierve de lo cabreado que estoy porque se que esa polla no está así por la pelirroja que yace sobre el borde de la cama masturbandose lentamente esperando a que vaya por ella.

Me deshago de el bóxer que traigo puesto y me coloco el preservativo que está junto al resto que tengo en mi cajón, me dirijo a ella.

La tomo de la cintura y la coloco en el centro de la cama, ni siquiera me tomo el tiempo de acariciarla cuando ya la estoy penetrando de manera grotesca y potente.

Perversa Obsesión Where stories live. Discover now