Karma sabía que algo andaba mal, siempre lo supo, pero sin recuerdos ni un pasado que ella anheleara recordar no podría saber quién era ella en realidad.
Un día despertó en medio de una caja que se movía a toda velocidad a un sitio ignoto, un prad...
Todos los habitantes nos encontrábamos en una reunión, para tratar sobre lo que hemos vivido hace tan solo unas horas. Querían hacer la reunión deamera inmediata al enterarse todos sobre nuestra llegada, pero sugerí que después de tomar un baño y comer algo. Newt me apoyó y me acompañó mientras comía, incluso tuvo que calmarme ya que por poco y me como el estofado en tan solo dos segundos.
—¿Tú y Minho discutieron? —me preguntó el rubio. Lo miré por unos segundos y asentí. Newt se sorprendió —. Pero si los ví irse bien.
—Es que fue en el laberinto.
Comencé a contarle todo, omitiendo una que otra cosa por temas de privacidad.
—Nunca antes Minho te había tratado así, mucho menos que desconfiara de ti. Pero, lo conozco, no fue intención que él te tratara así. —comentó sorprendido.
—¿Debería de hablar con él, cierto? —Newt asintió.
—Sé que lograrán solucionarlo.
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—Todo está cambiando. De eso no hay duda —habló Gally —. Primero pican a Ben en plena luz del día. Y luego a Alby. Y ahora nuestro Verducho va y se atreve a entrar al laberinto. Lo que es una clara violación de nuestras reglas.
—Cierto, pero le salvó la vida a Alby. —reconoció Sartén. Gally lo miró.
—¿Ah sí? Llevamos tres años coexistiendo con esas cosas —Gally se volteó molesto señalando a Thomas—. Y ahora, tú matas a uno. ¿Saben qué repercusión tendrá?
—¿Tú qué sugieres que hagamos? —cuestionó Newt.
—Castigar al novato. —contestó, siendo seguido por el abucheo de los habitantes.
—Minho. Karma —nos llamó Newt—. Ustedes estuvieron con él. ¿Qué sugieren que hagamos?
Ambos nos miramos, pero enseguida separé nuestras miradas, y él dijo: —Creo que todo el tiempo que llevamos aquí, nunca nadie había matado a un penitente…cuando me di la vuelta y salí, este torpe shank se quedó para ayudar a Alby. No sé si fue valiente o estúpido.
—Los corredores necesitamos a más como él. Minho y yo votamos porque sea un corredor. —finalicé. Gally nos miró alarmado, así como todos los presentes.
—¿Corredor? ¿Qué? No nos precipitemos. —bramó Sartén.
—¡Thomas! ¡Thomas! ¡Thomas! —vociferó Chuck, emocionado en busca de que los demás lo imitaran. Lastima que no fue así.
Los habitantes comenzaron a murmurar al punto de irritar.
—¡Cálmense ya! —ordené, inmediatamente se callaron e hicieron silencio.
—¡Si quieren hacerle un desfile al Novato, está bien, háganlo! —gritó Gally exasperando —. Pero, si hay algo que sé del laberinto es que nunca...
