Karma sabía que algo andaba mal, siempre lo supo, pero sin recuerdos ni un pasado que ella anheleara recordar no podría saber quién era ella en realidad.
Un día despertó en medio de una caja que se movía a toda velocidad a un sitio ignoto, un prad...
—Ten. —le pasé la botella con agua a Minho, el pobre estaba el doble de agotado que nosotros por cargar a Winston.
—Gracias. —sonrió el asiático.
—¿Y el beso de agradecimiento? —molestó Sartén, sacando sus botas. Minho le dio un zape por eso.
—No molestes, Sartén. —reí.
—¿Cuánto falta? —preguntó Newt a Thomas, estaba a unos metros alejados de nosotros observando las montañas junto a Teresa.
—Un poco más. —respondió.
—Fue súper convincente. —comenté con sarcasmo.
Sartén se levantó de golpe y corrió hacia Winston, arrebatando el arma y sonó un disparo fallido.
—¡Oigan! ¡Tienen que volver! —le gritó Newt a Thomas y Teresa.
—¿Qué sucede? —preguntó Thomas.
—No lo sé. Despertó, tomó el arma y disparó...—explicó Sartén.
—Winston, ¿estás bien? —preguntó el de lunares. Winston vomitó sangre.
Me acerqué lentamente y alcé su camiseta. Ahí estaba la mordedura de un crank.
—Está creciendo...dentro de mí —murmuró —. No voy a poder...
Quedamos en un silencio profundo. Ninguno sabía qué hacer. Winston extendió su mano.
—Amigos...denmela. No dejen que me transforme en una de esas cosas. —suplicó.
Newt le quitó el arma a Sartén y se la entregó a Winston. Me acerqué y sostuve su otra mano, la cual le di un ligero apretón antes de alejarme.
—Gracias. Ahora, váyanse de aquí. —dijo.
—Winston, adiós. —dijo Newt.
Agarré mi mochila y seguí los pasos de Newt, siendo seguida de Minho. Al estar alejados del lugar, escuchamos un disparo causando que nos detuviéramos.
Adiós, Winston.
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Aris le agregó más leña a la fogata para mantenerla encendida. Había llegado la noche y más atrás el frío. Mantuve mi cabeza en las piernas de Minho observando el fuego.
—No se supone que éramos inmunes. —murmuró Minho, acariciando mi cabello.
—No todos, creo yo. —habló Teresa, recostada en su mochila.
—Si Winston pudo infectarse, los demás también. —dijo Newt.
—Jamás creí decir que...era mejor el Área. —comentó Sartén, con lágrimas en sus mejillas.
Volvimos a quedar en silencio.
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